Milagro en el Hospital Austral de Pilar: equipo de última tecnología reemplazó las funciones cardiorrepiratorias en niño durante 9 días
Joel tuvo una enfermedad inmunológica muy poco frecuente en la infancia, que rápidamente afectó sus pulmones. Para salvarlo, se usó un ECMO que oxigena la sangre y la bombea nuevamente al cuerpo .No se registran casos de este tipo en la literatura médica.
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Joel estuvo conectado al ECMO 9 días y el viernes 10 de diciembre, finalmente, los médicos le aplicaron asistencia respiratoria convencional. |
Joel Medina (2 años) voló en avión sanitario desde Paraná, Entre Ríos, al Hospital Universitario Austral (HUA) el 18 de noviembre de 2010. Sufría un problema agudo y progresivo que le producía una severa hipertensión y que había detenido su corazón dos veces.
En el HUA, el niño tuvo una hemorragia pulmonar y como no lograban estabilizarlo con los recursos convencionales disponibles, los médicos de la Terapia Intensiva Pediátrica decidieron conectarlo al ECMO (Programa de Oxigenación por Membrana Extracorpórea), un equipo de alta complejidad, capaz de reemplazar la actividad respiratoria y cardiaca.
Joel estuvo conectado al ECMO 9 días y el viernes 10 de diciembre, finalmente, los médicos le aplicaron asistencia respiratoria convencional. Hace pocas semanas le dieron el alta, para la alegría y el asombro de la familia y del equipo profesional, que apoyó a Joel en su lucha por sobrevivir. “El caso es excepcional por la gravedad de la enfermedad y por la técnica usada para tratarla. En el país el ECMO está disponible en muy pocos centros y se aplica mayormente en ciertos cuidados posoperatorios de cirugía cardiovascular. En este caso, mantuvo con vida a Joel mientras sus pulmones se recuperaban”, afirmó el Dr. Silvio Torres, coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del HUA. No se registra casos de este tipo en la literatura médica.
Una enfermedad autoinmune, excepcional en niños
Mauro Medina notó agitado a su hijo Joel un domingo de noviembre. Esa misma noche lo llevó de urgencia al hospital, porque las uñas y los labios del bebé habían tomado un raro color morado. “Empezaba la pesadilla –contó el padre–. A los minutos de haber entrado al sanatorio, Joel sufrió un paro cardíaco. Lo reanimaron, pero al rato hizo un segundo paro”. ¿Qué tenía Joel?, era la pregunta de todos. Lo derivaron a Concordia y de allí a Paraná. Finalmente, la familia Medina fue trasladada al Hospital Universitario Austral en avión sanitario.
“Todo el sistema vascular de Joel estaba afectado por una enfermedad infrecuente y severa, conocida como panarteritis nodosa, que provoca una acentuada hipertensión con impacto en los pulmones, el corazón y el riñón. El ECMO permitió ganar tiempo para controlar la agresión inflamatoria”, explicó el Dr. Torres.
El equipo consiste en un circuito externo a través del cual se bombea la sangre, se la oxigena y se la devuelve al cuerpo. Mientras el ECMO trabaja, el pulmón descansa. Tras varios meses de internación, Joel se recuperó sin secuelas, volvió a caminar y hasta a andar en triciclo.
Joel tendrá que convivir con su enfermedad toda la vida; “no obstante, es esperable que se mantenga bajo control mediante la medicación inmunosupresora indicada”, explicó el Dr. Torres. Los Medina tendrán que viajar a Buenos Aires una vez por mes, y visitar con frecuencia reumatólogos, nefrólogos y pediatras.
¿Cómo funciona el ECMO?
De los 712 mil niños que nacen por año en el país, más de 100 podrían necesitar del ECMO para ser rescatados. “Este tratamiento se aplica en niños con hemorragias pulmonares severas, neumonías que devienen en distress respiratorio, cuadros de shock séptico, posquirúrgicos de cirugía cardiovascular, recién nacidos con hipertensión pulmonar y con hernia diafragmática, entre otras alteraciones que provocan insuficiencia respiratoria y cardiovascular”, enumeró el Dr. Torres.
“Se colocan dos cánulas dentro del corazón. Una ingresa por la vena yugular interna, por la que es extraída la sangre sin oxígeno que llega al corazón. A través de una bomba, se la impulsa hacia una membrana que funciona como oxigenadora. La bomba vendría a ser como “el corazón” y el oxigenador, “el pulmón””, explicó el Dr. Rodolfo Keller, coordinador de la Terapia Intensiva de Neonatología del HUA. Una vez oxigenada, la sangre pasa por un calentador para que vuelva a la temperatura adecuada y, luego, se la devuelve al paciente mediante una cánula conectada a una arteria central.
Por lo general, el ECMO reemplaza hasta el 80% de las funciones del pulmón y el corazón, señaló el Dr. Keller que, con el Dr. Torres, realizaron su formación en ECMO en el Children´s National Medical Center, en Washington.
El ECMO en el país y en el mundo
En el mundo funcionan 145 equipos registrados de ECMO. El 75% se encuentra en los Estados Unidos. Se estima que más de 28 mil pacientes fueron tratados con esta tecnología.
En el 2010 empezó a funcionar en el Hospital Universitario Austral un equipo ECMO, tanto para patologías cardiovasculares como para problemas respiratorios. |