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De 180 millones se pasó a un total de 220 millones de pesos
Cruces entre opositores y oficialistas por el aumento del presupuesto
El Pro y la Coalición Cívica cuestionaron el destino de algunos fondos, tras la ampliación. Desde el oficialismo los pusieron en contacto con el Secretario de Hacienda, pero no lograron convencerlos. El presidente del bloque zuccarista se levantó de su banca, ofuscado, y abandonó la sesión durante varios minutos.
 El destino de la ampliación del presupuesto de Pilar para este año generó grandes chispazos entre los opositores y el oficialismo.
Ayer por la noche, el deliberativo trató la ampliación del presupuesto de 40 millones de pesos, que elevará al cálculo anterior de 180 millones a 220 millones de pesos (ver http://www.pilardetodos.com.ar/20081025
/presupuestonota.html).
Pero desde la Coalición Cívica y Unión Pro cuestionaron la ampliación de algunas partidas, a las que consideraron “excesivas”.
Por ejemplo, señalaron que aparecía 1,7 millón para informatizar la Jefatura de Gabinete (área hoy disuelta pero que funcionó la primera parte del año), 8 millones en alquiler de máquinas viales, o 700 mil pesos más en fumigaciones.
“¿Cuánta maquinaria se podría comprar con esa plata?, se preguntó la edil de la C.C. Marcela Campagnoli minutos antes de la sesión.
Es por eso que en medio de la sesión pidieron un cuarto intermedio, para que el presidente de la bancada oficialista, Carlos Olivera, les explique el destino de esos fondos. Olivera los puso en contacto telefónico con el Secretario de Hacienda, Daniel Ondarza, pero las explicaciones del funcionario, al parecer, no convencieron a los macristas, que una vez retomada la sesión adelantaron su voto negativo, al igual que la C.C.
Olivera, que en ese momento ocupaba la secretaría del Concejo, criticó la postura de Ranieli, la cuestionó que no se haya reunido en persona con Ondarza en una entrevista que habían pactado, presuntamente, para ayer por la mañana, se levantó de su silla y abandonó la sesión durante varios minutos, encolerizado de la bronca.
Marcelo Criniti, también del Pro, pidió que se vote a libro cerrado (una ironía que en realidad fue una queja por el poco tiempo que tuvieron para analizar las gruesas carpetas), y la mayoría oficialista hizo pesar sus manos y le dio el visto bueno al nuevo cálculo de ingresos y egresos.
“Hay cuestiones que no nos quedaban claras y seguían sin resolverse. Por ejemplo, hay una partida que se amplía pero que no existe en el presupuesto anterior. Quizá son cuestiones técnicas, pero debemos aclararlas antes de votarlas”, justificaron desde Unión Pro.
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