SECCIONES
30 DE SEPTIEMBRE DE 2008
  LA ACTUALIDAD DE PILAR  
  PRINCIPAL
Ediciones Ant.
(¡Nuevo!)
Contáctenos
Hacé esta tu página de inicio

Estadisticas

 

Es uno de los proyectos que no lleva la firma del intendente
Pilará, un mega emprendimiento signado por el escándalo

Pretendía comprar calles a 8 pesos el metro cuadrado, quedó en el medio de sospechas de coimas, la justicia paralizó parte de las obras, y ahora amenazan con clausurarlo definitivamente. ¿Quiénes están detrás?

Lejos de la polémica que cosecharía después, el mega emprendimiento Pilará se presentó cuando desembarcó en Pilar, hace unos 3 años, como un desarrollo urbanístico que combinaría el más alto nivel de viviendas con complejos deportivos de excelencia de golf, tenis y el polo.
Incluso, la mejor tenista argentina de todos los tiempos, Gabriela Sabatini, y un afamado golfista norteamericano se vieron seducidos por la construcción del barrio, con una  inversión anunciada en diciembre de 2006 de 85 millones de dólares.
El grupo inversor está encabezado por el ex banquero Enrique Ruete, que hace cuatro años abandonó la presidencia del HSBC para dedicarse a sus propios proyectos de inversión. Ruete fue sumando como socios en Clodinet, la desarrolladora del barrio, a Sabatini, Julián Ganzábal (h.) -otro ex tenista, pero con una larga experiencia en el negocio inmobiliario, mediante su empresa Obras Civiles-, el legendario golfista norteamericano Jack Nicklaus (constructor de varias de las canchas de golf de Pilará) y el fondo de inversión internacional Guggenheim.
El proyecto de Clodinet incluye el desarrollo de 370 hectáreas en el kilómetro 56 del ramal Pilar de la ruta Panamericana, sobre predios que pertenecían a la tradicional familia Pando Carabassa y fueron adquiridos por Ruete en la década del 90.
"Pilará ofrecerá diferentes propuestas que van desde parcelas hasta dormis, y otras viviendas construidas y entregadas casi llave en mano apuntando a un público extranjero", expresaba Ruete cuando nadie presagiaba la catarata de escándalos y cuestionamientos que recibiría el barrio meses después.
La idea era organizar el barrio cerrado sobre la base de tres grandes deportes: el tenis, el golf y el polo. De ahí la primera participación de Sabatini y Nicklaus como socios, y Marcos Heguy como asesor del proyecto.
En total, Pilará reunirá (o al menos esa es la intención) 700 parcelas, 14 canchas de tenis (10 en polvo de ladrillo y dos en superficie dura) un campo de golf de 18 hoyos (diseñado y construido por Nicklaus) y seis canchas de polo. Además ya funciona la Escuela Nacional de Tenis, que amadrina la propia Sabatini.
Según se informó en su momento, la inversión de Clodinet en la compra del terreno, la infraestructura, la construcción de las calles, los espacios comunes y las canchas ascendería a los 85 millones de dólares, fondos que saldrían en forma casi total de los bolsillos de los inversores, encabezados por el propio Ruete.
"Vamos a ser muy conservadores con la preventa porque no necesitamos financiarnos con la comercialización de las parcelas", señalaban desde la firma.

Paralizado
Desde que nació el proyecto ya comenzó con problemas. Ni bien las primeras máquinas se posaron en el suelo y empezaron los movimientos de tierra, un grupo de vecinos, patrocinados por una ONG ambientalista, presentó un recurso de amparo ante la Justicia Federal para frenar esos trabajos, que consideraban perjudiciales para el medio ambiente, además de señalar que los rellenos anegaban zonas aledañas, como una escuela, la N° 3.
Según la ASOCIACION CIVIL EN DEFENSA DE LA CALIDAD DE VIDA, encabezada por el abogado Mario Capparelli, parte del barrio se está construyendo sobre una zona de humedales, tierras planas y anegables, sin el permiso en su momento de la Autoridad del Agua y la Dirección de Hidráulica.
Cappparelli informó que la resolución judicial sólo se iba a revertir una vez que se presenten los estudios de “impacto ambiental, audiencia pública y participación ciudadana para lograr la declaración del estudio del impacto como corresponde".

Las calles
Luego de ese primer traspié, surgió otro que puso al emprendimiento otra vez en el ojo de la tormenta. En septiembre del año pasado pretendió comprar unos 36 mil metros de calles públicas y terrenos fiscales a un precio irrisorio: 8 pesos el metro cuadrado.
Ni bien la propuesta de la desarrolladora (hasta ese momento con el aval del Ejecutivo pilarense) llegó al Concejo Deliberante estalló el escándalo que incluso dejó al bloque oficialista al borde la de ruptura.
“Es una zona exclusiva de countries y barrios cerrados en donde los montos por metro no bajan de los cien dólares; de ninguna manera pueden venderse las calles a 8 pesos, es un valor que no se encuentra ni en el más humilde de los barrios de Pilar”, señalaba en ese momento el edil Miguel Saric, uno de los pocos oficialistas que se oponía a la operación a esos valores.
Luego de una semana caliente, en donde las reuniones entre los desarrolladores, funcionarios y concejales se repetían constantemente, se acordó elevar el valor a 20 dólares el metro (60 pesos, contra los 8 pesos originales), es decir unos 640 mil dólares.
Según explicó el jefe comunal, Humberto Zúccaro en ese momento, ese dinero ya tenía un destino fijado.
Uno de ellos era adquirir el predio que el club Abrojal usa en Villa Verde prestado por la Asociación de Bomberos Voluntarios, mientras que con el resto del dinero se iba a comprar otro predio ubicado frente a la escuela Nº 29, de San Alejo. Allí se construiría un jardín de infantes y una escuela primaria, instituciones que servirían para que los niños que en futuro vivirán en las 189 casas sociales que el gobierno nacional está construyendo en esa zona puedan asistir a clases.
El resto del dinero, iba a ser usado para ejecutar obras de asfalto. Sin embargo nada de eso se realizó. Por razones que jamás quedaron del todo claras, Pilará aún no entregó el dinero fruto de la operación.
Extrañas ahora suenan las palabras del propio Zúccaro cuando se cerró la operación: “Entendemos que donde no hay empresarios con responsabilidad social hay un gobierno corrupto", disparaba Zúccaro en referencia al cambio del valor de las calles, pese a que los montos recién fueron modificados en el Concejo y no en el Ejecutivo, donde comenzó la tramitación.

Coimas
Tras el arribo polémico de Pilará y otros emprendimientos urbanísticos calificados como ilegales por la oposición, la pelea entre el gobierno y sectores de la política apostados en la vereda de enfrente de la gestión zuccarista creció sin pausa.
Tal es así que el propio Zúccaro denunció públicamente que un empresario (nunca dijo el nombre) lo estaba acusando de haber pedido 8 millones de pesos para aprobar la llegada de Pilará.
Zúccaro, que meses más tarde admitiría que él no fue el que decretó la aprobación de los planos del barrio sino otros funcionarios en quienes había delegado la firma, aprovechó un acto público para denostar a aquellos que “desde las sombras” lo acusaban.
“No quiero volver a escuchar a este empresario que dice que me llevé de Pilará algo que no me corresponde. Si tuviera el c... sucio no daría la cara y si tiene sospechas que vaya a la justicia, porque sino voy a ser yo el que lo lleve a él”, bramaba Zúccaro ante una nutrida concurrencia que asistió a la apertura de sesiones del Concejo, en abril de este año.
El tema, rápidamente, ganó espacio en los medios nacionales, en donde llegaron a comparar a Zúccaro con Porretti, el malogrado ex intendente de Pinamar, desplazado de su cargo por supuestos pedidos de coimas.
Meses más tarde, en medio de extrañas maniobras, Zúccaro correría de sus cargos al Jefe de Gabinete y la Secretaría de Obras Públicas, en quien había delegado su firma, y sembraba sospechas respecto a que hayan sido ellos los que “pidieron algo por fuera del municipio”.
“Si me entero de algo no dudaré en ir a la Justicia”, aseguraba Zúccaro.

¿Clausura?
Luego del despido de varios funcionarios “de peso” dentro de la estructura gubernamental, Zúccaro comenzó un trabajo silencioso, al principio, sobre varios emprendimientos que, consideraba, no fueron habilitados con todas las de la ley y, claro, a sus espaldas. Pilará ocupaba uno de los primeros peldaños en ese listado.
“No pueden decirme como me dijeron mis ex funcionarios que se trataba de un bario chico, cuando sólo una de las etapas tenía una inversión de 12 millones de dólares”, se enojaba Zúccaro.
Desde ahí dispuso que un grupo de funcionarios revisara la documentación de varios emprendimientos, aunque luego decidió separar a Pilará de esa inspección, y entregó las carpetas en manos de 3 arquitectos para que se dediquen pura y exclusivamente al barrio de Ruete.
En un primer encuentro Zúccaro le habría enrostrado a Ruete los supuestos manejos del emprendimiento, para luego cerrar toda posibilidad de diálogo, según dijo, por cuestiones de ética y honorabilidad.
“Como primicia les voy a decir que he decidido no reunirme más con un desarrollador que no tuvo ética; es una cuestión de honorabilidad”, golpeó Zúccaro la semana pasada en conferencia de prensa, para luego añadir que el complejo, al que prefirió no nombrar públicamente, “que combina lo comercial y viviendas”, podría ser clausurado definitivamente.
Pilará, uno de los mega proyectos más imponentes de Pilar, ahora transita por ríspidos pasadizos llenos de cuestionamientos, que incluso amenazan con verlo zozobrar. Lejos de esos inicios donde nadie presagiaba que enormes nubarrones lo sumirían en la peor de las tormentas.

 

 
 
Pilar de Todos es el periódico de mayor tirada en el Partido de Pilar, Bs. As. Argentina
Tel. 02322-421688 / 02322-494175