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Tras la muerte de Evelyn, de 7 años
“El hacinamiento y la desnutrición son factores que influyen en la aparición de la meningitis”
Lo aseguró uno de los infectólogos del Hospital Garrahan de Buenos Aires. La niña vivía hacinada en una precaria casilla de madera con pisos de tierra junto a sus padres y 4 hermanos.
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Foto El Diario Regional. |
Evelyn, de 7 años, vivía hacinada en una humilde casilla de madera con piso de tierra en Villa Rosa, junto a sus padres y cuatro hermanos, en condiciones de hacinamiento.
La precaria vivienda no tenía red de agua potable ni cloacas. Como el 25% de la población de Pilar, ella y su familia engrosan los números de ese sector de la población más olvidado y vulnerable, el de las necesidades básicas insatisfechas.
La muerte de Evelyn por meningitis abrió, una vez más, el debate por el estado en que viven más de 60 mil pilarenses, número que de la mano del crecimiento de los asentamientos marginales crece cada día más.
Factores médicos hay muchos, pero el social y económico no puede dejarse de lado si se pretende, en serio, abordar el problema desde raíz.
Sin embargo, las condiciones socios económicos en las que vivía Evelyn la hacían más propensa a contraer la enfermedad, ya que vivía en condiciones de hacinamiento, y seguramente con serias falencias de nutrición.
“Son muchos los chicos que aprovechan el almuerzo en el colegio, porque es el único plato de comida que tienen”, señalaba uno de los padres de los alumnos de la escuela 13, a la que asistía Evelyn, y que ya sufrió, en el 2004, 3 casos de meningitis aunque ninguno mortal.
Por ejemplo, el factor de la limpieza es fundamental en la prevención de este tipo de enfermedades, aunque las bacterias que generan la meningitis no necesariamente se encuentran en el agua, ya que fuera del organismo mueren rápidamente.
En ese sentido, el infectólogo y pediatra Hugo Paganini, del Hospital Garrahan, explicó a Pilar de Todos que si bien la bacteria que genera la enfermedad “a veces vive dentro del organismo de una persona sin enfermarla”, sí hay factores sociales que pueden hacer más propensa a una persona a sufrir la enfermedad.
“Si sumamos hacinamiento, poca ventilación, otras enfermedades que disminuyen la capacidad inmunológica, y desnutrición, sí los sectores más pobres son los más propensos a sufrir no sólo meningitis, sino varias otras enfermedades”, explicó el infectólogo del Garrahan.
El hacinamiento, explicó Paganini, hace más fácil la transmisión de la bacteria que generalmente se aloja en la garganta, ya que al estar varias personas dentro de un mismo lugar y generalmente con poca ventilación, la transmisión es más sencilla, así como también el compartir utensilios, o vasos.
Luego, es donde aparece la desnutrición. “Una mala alimentación, sobre todo en bebés, niños y ancianos, deprime el sistema inmunológico y hace que el organismo no pueda hacerle frente a la bacteria”, apuntó el médico.
Vacunas
Respecto al rol del Estado, opinó Paganini, los gobiernos deberían incluir dentro del cronograma de vacunación oficial vacunas contra la meningitis. El calendario oficial sólo incluye dosis para la meningitis por Haemophilus Influenza, que se da con la vacuna cuádruple. Para los otros casos, como meningitis por meningococo y neumococo (la que le causó la muerte a Evelyn) no están previstas desde el Estado.
Según explicó el infectólogo, cada una de esas otras dosis que no están cubiertas tienen un costo de entre 60 y 80 dólares, y dependiendo de la bacteria que ataca, se necesitan entre 2 y 4 dosis por paciente.
“Estamos hablando de costos muy elevados para las personas de bajos recursos”, sostuvo Paganini.
La realidad pareció complotarse contra Evelyn y una enfermedad que debería ser prevenible terminó con su vida, a las 11,15 de la mañana, cuando era trasladada en una ambulancia desde Pilar a un centro asistencial de La Plata.
Había ingresado al Centro de Atención Primaria de Villa Rosa el lunes a las 21, y desde allí fue trasladada al hospital pediátrico Federico Falcón, de Del Viso, donde luego de varios estudios se determinó que sufría de meningitis. Como ese nosocomio no tiene terapia intensiva (otro factor más que jugó en su contra), se intentó la derivación, pero la nena murió antes de llegar al nuevo hospital.
Desde el gobierno municipal insisten en que “no se podía hacer más nada” para salvarle la vida. Desde lo médico, puede que tengan razón. Pero hay otros factores que el Estado no puede obviar.
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