En el Senado
Reflotan un proyecto de Molina para crear un banco de ADN de condenados por violación
La iniciativa había sido presentada por el Senador José Molina pero la falta de tratamiento archivó el proyecto. Ahora, tras los últimos casos de violación, el expediente volvió a ver la luz.
La Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires reflotó el proyecto de creación de un banco de ADN destinado a facilitar la identificación de personas que cometan delitos sexuales, que fue ideado por el senador provincial José Molina a mediados del año 2006.
El proyecto proponía crear en el ámbito de la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires el Registro Único de Datos Genéticos (RUDG), donde constarían los registros de ADN de aquellas personas que “tengan sentencia de condenatoria firme de las instancias jurisdiccionales provinciales y de la Corte Federal a través de mecanismos recursivos”, pero por falta de tratamiento en la Cámara, la iniciativa perdió su estado parlamentario y debió archivarse.
Sin embargo, a raíz de los episodios del “caso de Rocío”, la nena de Coronel Dorrego que tras ser atropellada, violada y quemada por su atacante –reincidente en el delito-, el tema del “registro de violadores” recobró fuerza.
En ese marco, el miércoles 26, la senadora del Frente para la Victoria, Elsa Strizzi presentó un proyecto para tal fin mientras que Molina, actual vicepresidente II y autor del proyecto original, reprodujo el mismo proyecto que había presentado en el 2006.
En su momento, el senador Molina aclaró que “la intención de la propuesta, sin desconocer la existencia y respeto de la Constitución, añade un medio de prueba más, a través del cual, la reunión material de la semiplena prueba de la autoría y responsabilidad por este ilícito, determinará con feaciencia la imputabilidad al sospechado; sin olvidar, obviamente, que ayudará a descartar la duda razonable respecto del inocente”.
Fundamentos
“Conmueve a la sociedad semejante agresión, por el alto impacto que genera este tipo de acción antijurídica que comprende la integridad física, psíquica y moral de las víctimas, las que resultan atravesadas de por vida por las secuelas irreversibles que el trauma sufrido le genera”, manifiesta el proyecto impulsado por Molina y que en los últimos días fue reflotado para su tratamiento.
“Mayor énfasis aún, cuando la víctima es menor de edad y es bien sabido que la persona en pleno proceso de desarrollo de su niñez, registra las secuelas de la perturbación con mayor gravedad en su evolución madurativa, que se manifiestan en el devenir de las etapas de crecimiento e impactan en la conformación de su personalidad en la adultez”, completa.
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