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Se trata de una cirugía no invasiva
Importante avance científico en el Hospital Austral permite escuchar a hipoacúsicos
Se trata del implante de un dispositivo en el oído interno, que permite devolver la capacidad a los que sufren hipoacusia neurosensorial profunda. Ya fue usado con éxito en un niño de 3 años.
 El Hospital Universitario Austral (HUA) encara una revolucionaria intervención quirúrgica que le permite a muchas personas que no tiene la capacidad de oír escuchar por primera vez: se trata del implante coclear.
“El implante coclear constituye un importante avance para la recuperación de quienes sufren de una hipoacusia severa o profunda –tanto niños como adultos–, porque les da la posibilidad de insertarse o reinsertarse en la vida social”, explicó el Dr. Ricardo Serrano, Jefe del Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del HUA.
En un oído normal, las ondas sonoras llegan a través del canal auditivo, golpean el tímpano y hacen vibrar a la cadena de pequeños huesos en el oído medio. Luego, las vibraciones viajan a través de los líquidos de la cóclea, en el oído interno, donde miles de células llamadas ciliadas convierten el estímulo mecánico (ondas) en un estímulo eléctrico, que viaja por los nervios hasta el cerebro
En pacientes con daño coclear, las células ciliadas fallan, y ahí es donde aparece el implante.
“El implante reemplaza a las células dañadas de la cóclea por un dispositivo de alta tecnología”, explicó el Dr. Horacio Murga.
Según informaron desde el Austral, luego del procedimiento sólo es necesario un día de internación, y después de un mes de cicatrización y controles, se pone en funcionamiento el dispositivo, y se le hacen los ajustes de niveles sonoros finales.
El implante funciona gracias a un componente externo similar a un audífono y a otro interno que se coloca en la cóclea mediante cirugía no invasiva.
El caso de Thiago
Thiago nació el 3 de noviembre de 2005 y a los 4 meses de vida le diagnosticaron el síndrome de Waanderburg, que entre otras cosas se presenta con hipoacusia neurosensorial profunda, una sordera casi total, generada en el oído interno.
Como primeras medidas, los médicos del Austral procedieron a realizar estimulación temprana en el bebé, e incluso se le colocaron audífonos, pero no resultó. Thiago seguía sin escuchar.
Al año y medio de vida, el niño fue sometido al procedimiento de implante coclear, y 30 días después, por primera vez en su vida, Thiago comenzó a escuchar.
“Esperábamos que llorara al escuchar por primera vez los sonidos, pero no. Se quedó quieto, mirando todo, mientras el equipo ajustaba el funcionamiento. A partir de ahí comenzó la etapa de educación de la voz. Hoy puedo decir que el cambio es enorme. Ahora, cuando lo llamo se da vuelta. Está empezando a hablar e interactúa con sus compañeritos del jardín, comparte juegos y actividades”, cuenta con emoción la mamá de Thiago.
En el mundo, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, dos de cada mil habitantes padecen sorderas severas o profundas. Entre ellos, hay 120 mil beneficiarios de implantes cocleares.
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