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Reconocimiento
La enfermera de la solidaridad
Pilar Bauzá, la profesional que fue secuestrada en Somalia se perfeccionó en el ámbito de la medicina en la Universidad Austral de Pilar. Después de recibirse pasó a formar parte de la organización Médicos Sin Fronteras y desde allí su acción humanitaria no conoció límites. Tras una semana en cautiverio, Pilar fue liberada sana y salva.
 La vocación es una de las características que no pueden faltar en el ámbito de la medicina. Médicos, enfermeros, personal de limpieza, ayudantes y todos aquellos que deben colaborar para hacer una de las tareas más difíciles: curar a la gente.
Ella fue nombrada en todos lados, no hubo día que no se preocuparan por su salud, tanto como ella se preocupa de la de los demás. Ella, Pilar Bauzá, la enfermera argentina que fue secuestrada en Somalia – África -, tuvo vocación y ganas de ayudar.
Pilar, es licenciada en enfermería y egresó de la Universidad Austral, en Pilar, con especialización en pediatría, trabajó en el Sanatorio Mater Dei y tuvo el orgullo de prestar servicios en el Hospital Universitario Austral, el mismo que la vio crecer como profesional.
Una vez que obtuvo el título, lo que primó en la carrera de Pilar Bauzá fue la vocación. Y por eso comenzó a participar de la organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF).
Esas ganas de ayudar fueron las que la llevaron hasta Somalia, un país que por estos días atraviesa una convulsionada situación.
El destino no las acompañó y tanto ella como su compañera española fueron secuestradas el 26 de diciembre, cuando se dirigían a un centro de nutrición de Bossaso, donde Médicos sin Fronteras se ocupa de unos 7.000 niños menores de cinco años con algún grado de desnutrición.
Los ojos del mundo se posaron sobre el acontecimiento, que finalmente tuvo el desenlace esperado: Pilar y su compañera fueron liberadas sanas y salvas luego de una semana de cautiverio.
Perfil
 Pilar Bauzá Moreno, tiene 26 años y es soltera. Es oriunda del porteño barrio de Belgrano, pero su familia (incluidos sus seis hermanos) residen en Bella Vista, en la provincia de Buenos Aires.
Es licenciada en enfermería en la Universidad Austral, con especialización en pediatría y trabajó en el Sanatorio Mater Dei y en el Hospital Universitario Austral.
En 2006, decidió ingresar a Médicos sin Fronteras (MSF): viajó a España para realizar a un curso de capacitación. Después volvió a la Argentina a la espera de que le asignaran un destino: Somalia fue la primera misión.
Sus allegados la definen como “una persona muy religiosa, con muchos ideales y valores bien definidos”.
Más voluntarios
Desde el seno de la Universidad Austral ya son varias las experiencias de egresadas que colaboran en la organización Médicos Sin Fronteras. Es que durante el año 2006, dos licenciadas en Enfermería egresadas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad, por medio de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras, brindaron sus servicios médicos en poblaciones carenciadas de África.
Ellas son Clara Delacre y Candelaria Lanusse, quienes prestaron atención pediátrica en Níger y en la República Centroafricana, respectivamente.
En África, ambas prestaban servicios midiendo, pesando y brindando atención a los niños de las poblaciones afectadas por la sequía. Entre otras cosas, Clara Delacre logró que el programa humanitario para capacitar enfermeras y contrarrestar una crisis de desnutrición aguda en chicos de 0 a 5 años que había sido previsto para un año despertara el interés del gobierno de Níger, donde el acceso a la salud no es público ni gratuito, y continuara durante el año 2007”.
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