Gastronomía
Genoveva y la cocina mediterránea
En noviembre abrió sus puertas el restaurante GENOVEVA, en Las Camelias esquina Las Glicinas, frente al edificio Office Park, en el Km 42.5 de la Panamericana ramal Pilar.
Es una propuesta gastronómica única en la zona norte que ofrece exquisiteces de la cocina mediterránea y propone un ambiente relajado en un todo de acuerdo con la moderna tendencia del slow food.
La cocina mediterránea es una forma de entender la vida, donde se unen todas las culturas, religiones y sistemas políticos que conforman el mundo en el que vivimos.
En noviembre abrió sus puertas el restaurant GENOVEVA, en Las Camelias esquina Las Glicinas, frente al edificio Office Park, en el Km 42.5 de la Panamericana ramal Pilar.
¿En que se basa esta cultura gastronómica?, podríamos decir que se sustenta en tres pilares fundamentales, el aceite de oliva, el pan y el vino. Los países costeros del Mediterráneo disfrutan de un macroclima que lo hacen distinto al resto del mundo, la humedad que da 'el gran lago', las muchas horas de sol, su clima benigno y la fertilidad de sus tierras dan una gran variedad en los frutos que se recogen, lo cual da a los habitantes del lugar el privilegio de una economía de no subsistencia y en consecuencia un refinamiento en el aspecto culinario.
Podemos considerar como cocina mediterránea la que se elabora en los países: España, Francia, Grecia, Italia, antigua Yugoslavia, Turquía, Siria, Egipto, Israel, Argelia, Túnez y Marruecos.
La principal diferencia que caracteriza a esta cocina es que los países mediterráneos consumen como grasa principal el aceite de oliva, el cual con sus grasas monoinsaturadas favorecen la disminución del colesterol. En segundo lugar el consumo alto también de grasas de pescados azules, de legumbres y frutas en detrimento de la carne. Por sus ingredientes, sus técnicas de cocción y sus características de procesamiento, se considera a la dieta mediterránea como ideal en el aspecto nutricional.
El uso y elaboración de los cereales es otro de los elementos básicos, las pasta en Italia y el couscous en los países del norte de África, sin olvidar los productos de huerta como el tomate, lechugas, etc. o los frutos secos tan benefactores en ácido oleico. Pero lo principal y la base alimenticia es el pan, que fue un claro símbolo del comienzo de la civilización en la antigüedad.
Otro elemento característico de la dieta mediterránea es el vino que, en cantidades moderadas, con sus antioxidantes naturales, su aporte de etanol, taninos, polifenoles y alcohol lo hacen un tónico cardiaco único.
Aparentemente la cocina mediterránea nace en el Asia Menor y sobre todo en Egipto, donde se empezó a conocer esta cultura culinaria y al que debemos el conocimiento de la cerveza, el cultivo del trigo y en consecuencia la elaboración del pan, el cultivo de la vid, la apicultura, el cultivo de las legumbres y hortalizas y por último la pesca. Como en toda la cuenca mediterránea la carne es escasa, por lo que no es plato de diario, no así el pescado que en las riveras y zonas costeras era alimento cotidiano, ya sea fresco o en salazón o desecado.
Egipto era como una gran despensa del Mediterráneo, allí se producían excedentes de higos, dátiles, uvas, granadas, almendras. Hortalizas como el puerro, ajos, pepinos, melones, sandías cebollas, etc. Animales domesticados para el consumo como bueyes, perdices, codornices, etc. En toda la zona norte del mediterráneo abundaba la caza menor del conejo y la liebre.
La cerveza es uno de los grandes inventos egipcios, era la bebida nacional por excelencia, la cual se mezclaba con dátiles, se perfumaba con canela o se endulzaba con miel.
Así como en Egipto se encuentran los principios de los alimentos base, es en Grecia donde se desarrolla la cocina mediterránea, a ellos les debemos los primeros recetarios y a ellos les debemos igualmente el invento del aceite, el cual tenía tres usos, como grasa para cocinar, aceite para el cuerpo y para las lámparas como combustible. Los vinos griegos fueron famosos en todo el Mediterráneo.
Por último Roma dio carácter a la cocina mediterránea, aumentó la calidad de los aceites, de las aceitunas y los viñedos que desde entonces son famosos, introdujo el limonero, traído desde las islas Espérides, posiblemente Canarias, y también el durazno y el damasco.
Y finalmente la conquista de América introduce por medio de España el tomate, el poroto, la papa, el maíz, el pimiento, el chocolate..., todo un nuevo mundo de sabores y que se suman a la lista de componentes que son una dieta famosa universalmente. La cocina mediterránea eclipsa a casi todas las cocinas mundiales, las bases modernas las impone Francia en el siglo XVIII sin eclipsar a la cocina española, italiana, griega o árabe, todas de origen común y adaptadas al terreno y producción propia.
GENOVEVA invita a disfrutar la experiencia gastronómica mediterránea con todos los sentidos, aprovechando un momento único para la conversación con amigos y para el corte necesario de la actividad estresante del mundo moderno, relajándose y tomándose todo el tiempo necesario para gratificarse a través de la comida.
Esta tendencia a permanecer tiempos prolongados en espacios gastronómicos que tengan el suficiente atractivo, responde a una tendencia internacional de los últimos veinte años que se conoce como el movimiento “slow food” y por extensión, como una filosofía de vida que se llama “slow life”.
El movimiento slow food nace en Italia en 1986 y se extiende rápidamente por el mundo. La propuesta de la slow life es precisa y concreta: no comer apurado, respetar la diversidad y las tradiciones alimentarias de cada región del mundo, promover la convivencia y la tolerancia y respetar el medio ambiente. Slow food no significa “alta cocina”, sino el respeto por el estilo de vida y la defensa de una comida lenta, tranquila, compartida, que permita disfrutar de los sentidos y descansar de las presiones del mundo moderno de las grandes ciudades, permitiéndose además prolongadas sobremesas y descansos “tipo siesta” antes de volver a sumergirse en el trabajo.
El movimiento slow food, con el que se identifica GENOVEVA, muestra también la conveniencia de enseñar a los chicos a distinguir sabores y a entender la relación que existe entre el ser humano y la alimentación. Por eso el cuidadoso empeño de todos los que trabajan en GENOVEVA por cuidar de la carta, de la calidad de los productos que se utilizan como insumos, de la disposición de las mesas, de las pantallas, de la barra, de la atención en general, todo orientado a que el cliente viva un momento inolvidable dentro del restaurant.
|