Exclusiva de Revista Life Country
Daniel Hadad, del empresario al hombre íntimo

Life Country tuvo el beneficio de la intimidad. Si bien la entrevista se hizo en un despacho donde desfilan figuras de jerarquía, nos enfrentamos con un Daniel familiero, casero y por sobre todo amable. Un caballero.

Mientras sigue el minuto a minuto del anuncio del nuevo gabinete de Cristina, conversa con Life Country. Daniel Hadad demuestra tranquilidad en el espectacular escritorio que habita en canal 9. ¿Habrá réplicas en cada uno de los medios que posee? ¿también en el exterior? Se esbozó algo de un nuevo proyecto en Miami. Sin embargo la charla, más que amena, tuvo otro tono. Se habló de Daniel padre, marido y por sobre todas las cosas, fanático de su casa en Mayling. Si bien dejó de vivir en forma permanente hace unos seis años, reconoce que el no tenerla todos los días, lo llevó a disfrutar más cada viaje y estadía en Pilar.
Compró un lote en 1994, después de haber alquilado un par de años para los fines de semana. Festejó sus 34 años mudándose a una casa que no tiene nada que envidiarle a la mejor de Beverly Hills. Además de la construcción, el lote tiene una vista al golf magistral, detalle que aparece en más de una oportunidad durante la conversación. A la hora de mencionar un momento de placer, Hadad viaja en el tiempo y espacio entrecerrando los ojos: evoca un amanecer en su casa, viendo los primeros rayos que inoportunan al pasto húmedo de la noche. Sí, su cara refleja todo eso y más. La posibilidad de estar en profunda paz en una casa donde circulan cuatro hijos chicos, con sus consabidos amigos. “A veces con mi mujer nos tenemos que ir al quincho porque está toda la casa invadida” aseguró con una risa que denotaba más el logro de un ideal, que una molestia. A la magia del amanecer pilarense se suman los tiempos cancinos que no coinciden con los de las grandes urbes: es una batalla lograr que el diariero lleve los diarios bien temprano. Cuando el deseo de leer domina, no duda en ir a buscarlos personalmente.
Gesto de un anti divo: “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”, dice el refrán.
Así es Daniel Hadad en la intimidad, un tipo sencillo que disfruta de las pequeñas cosas de la vida: la ceremonia del asado que comienza a las seis de la tarde con la compra de todo lo necesario, las comidas durante la semana junto a su familia y leer a la noche antes de dormir como cualquier mortal. Así de sencilla fue la concreción de la cita con Life Country, ninguna vuelta, facilitó la tarea con el fotógrafo. A último momento se cambió el lugar de encuentro, y  sobraron disculpas, pese a que distaban unas cuadras del lugar original. Así es Daniel.
La charla fue un encuentro con el hombre íntimo.

Has recorrido un largo camino muchacho

¿Desde siempre estás en los medios?
No, comencé a trabajar a los catorce años vendiendo bolsas. Nunca dejé de hacerlo y conocí muchos rubros: estuve con un grupo familiar, la familia. Bencich, que administraba  propiedades, trabajé como empleado administrativo en un laboratorio, en un estudio jurídico, en la municipalidad. En ninguno duré más de un mes o dos. Me ponía nervioso tener que esperar a las cinco o seis de la tarde para salir, lugares llenos de burocracia, gente que fumaba, yo  que soy tan anti humo, sentía que me ahogaba. Cuando descubrí el periodismo, me di cuenta que el tiempo no existía, para mí no es trabajo, no lo siento una obligación. Sábado y domingo es lo mismo, es un placer. Me levanto a las cinco de la mañana desvelado y estoy trabajando sin problemas. Llamo a la radio, estoy hablando con Infobae.com, llamo al canal y lo disfruto, no es una carga.

¿Qué lugar ocupa la tecnología en tu vida?
Yo viajo mucho, una vez por mes me voy al exterior por una actividad que armé en Miami hace un tiempo. A veces estoy en la playa con el blackberry y sigo trabajando, es lo mismo, no hay diferencia. Ahora tengo video conferencia y voy charlando con mi gente.
Es una herramienta fenomenal, creo que facilita todo. Hoy ya no es un elemento de lujo. Pienso que el Estado en general debería entender que lo que en otros tiempos era asistencia social (dar zapatillas, todo lo elemental, necesidades básicas) hoy es eso e introducirlos al mundo de la tecnología. Creo que ya es una necesidad básica. Sino vamos a tener analfabetos digitales
El otro día escuché decir a un candidato a presidente, “Yo soy un burro con la computadora”. Menos mal que no ganó la elección. Me asusta que un dirigente no entienda. El mundo vinculado a la compu o internet, es un lenguaje. Es tan nefasto que un dirigente no hable castellano o no hable bien, como que no entienda el lenguaje digital.

¿Es una asignatura pendiente en la educación?
Cuando viajo, me dedico a ver cómo es la educación en otros lados. En Estados Unidos, los chicos llegan a la casa y hacen la tarea y se la mandan al maestro, quien desde su casa la corrige. Están on line. Sarmiento entendería eso, hoy ya no sería la construcción de escuelas. Habría que dar banda ancha, que en las villas de emergencia deberían tener wi fi, que los chicos tienen que estar en internet. Guiados por el estado, por el maestro. Me cuesta entender que con el dinero que a veces hay en el presupuesto de educación se malgaste, es terrible, son altos los presupuestos. Podrían perfectamente estar todas las escuelas intercomunicadas, todo debería estar en red. Sería más fácil, incluso las evaluaciones.
El desarrollo económico sin el desarrollo intelectual no sirve. Pero eso no le conviene a la dirigencia, es más fácil engañar a gente que no tuvo la posibilidad de salir de la ignorancia, que engañar a tipos formados, son más desconfiados, exigen. Educación es pensar, la información se consigue mucho más facil que en otros tiempos, lo que hay que hacer es enseñar a procesarla, para eso tenés que pensar. Si no tenés el intelecto desarrollado es un bombardeo que va y viene y no sirve para mucho.

Vivir en un lugar cerrado y mandar chicos a un colegio privado, ¿aisla mucho?
Seguramente, yo noté una gran diferencia cuando dejé de vivir en forma permanente en Pilar. Estar durante la semana en la ciudad permite a los chicos tener más contacto con la realidad. Mis hijos por ejemplo, salen con sus abuelos en colectivo. Esto del fin de semana es un mix muy interesante. Veo que a los 17 algunos van en un auto que les regalaron al colegio, y me pregunto si es bueno. Pienso que sirve desarrollar el deseo, todo tan fácil no ayuda. El esfuerzo tiene que ver con conseguir lo anhelado.

¿Deseabas un canal como Canal 5 Noticias?
C5N es muy nuevito. Es un canal que apunta a un decision maker, un señor que toma decisiones. Hoy no me interesa ser un canal popular. A la CNN la ve muy poca gente, la ve la gente que toma decisiones políticas, económicas, empresarias. La audiencia de C5N quiere saber realmente lo que pasa en algunas materias. La información económica, empresaria, la política nacional e internacional ocupan su lugar. Es un canal neutro, de mucha amplitud, pluralismo, con un lenguaje muy cuidado, la estética intentamos que sea la mejor del mercado, la más innovadora. Tiene tecnología de última generación. Es ciento por ciento digital, donde no hay papeles adentro, ni tapes (tapeless). Cuando llega una imagen, que se toma en vivo con móviles satelitales, se ingesta una pequeña tarjetita en una máquina que le toma la información y automáticamente lo pone en un server con 16 terabytes de almacenamiento y está disponible en 50 computadoras en baja o alta resolución. Este proceso demora 15 segundos. A partir de ahí se edita, se hace doble clic, y sale en el control del director o productor general: otro doble clic y sale al aire. No hay transporte físico o manual de la noticia como cuando yo empecé a trabajar. O como es hoy en la mayoría de los canales.

¿Dónde se almacena esta información digital?
Queda guardada en un gran archivo. A la noche el archivo se limpia un poco. Algo se elimina y algo queda. Ser el único canal digital tenía sus desventajas, porque había que formar a la gente. Antes de salir al aire, el canal tuvo cursos, parecía una universidad al principio. Venía gente de Estados Unidos a dar clases y clases. Algunos lo resistieron y otros lo abandonaron, llevamos ya más de cien días al aire. Un canal de estos va a requerir un año, calculo, para tenerlo afinado. Pero por ser estos primeros cien días estoy feliz de hacia dónde estamos yendo, va a ser un muy buen canal, le tengo fé.

¿Sos el Midas de los medios?
Cuando saqué radio 10, todo el mundo decía “no hay lugar para una AM”  y hoy es líder. Cuando se me ocurrió hacer una radio de rock nacional, me decían “vos estás loco”, Mega es líder. Hace tres años, cuando pensé en una radio de música clásica, me objetaban y Amadeus es un éxito, minoritario, pero duplicamos el núcleo duro de oyentes de música clásica. Todas las encuestas daban 80 mil tipos escuchando música clásica por día, y hoy son 160 mil los que por día escuchan Amadeus. Y cuando hace un año apenas, se me ocurrió hacer Vale, hoy ya está tercera. Con Infobae.com, pasó algo parecido. En su momento los agoreros argumentaban que ya estaban lanacion.com y ámbito en la web. Bueno, hoy estamos entre los mil sitios más vistos del mundo. Está en el top mil del mundo. Y en el habla hispana, es el número 34.

Para estar en el lugar que ocupa, Hadad no deja detalle al azar. Conoce la evolución de la audiencia de cada producto que lanzó. La nota se hizo antes del concierto organizado por Amadeus 103.7. En A Cielo Abierto 4 cerca de 200 mil personas escucharon a  la Orquesta Sinfónica Nacional en Palermo.
Hadad dejó en claro que lo de Midas es un mito, nada se transforma en oro por tan solo tocarlo. Sin reparos contó a Life & Countries que muchas cosas le salieron mal, sin embargo en esos momentos es cuando más asume el desafío. “Lo peor que uno podría hacer en la vida es no intentar algo por miedo a que te vaya mal. El único fracaso que existe es no intentar, porque después si hacés algo y quizá no te sale bien, ese es el paso previo a que te vaya bien después”, explicó

¿Te considerás más hacedor que pensador?
Sí, yo no soy de laboratorio. Soy de los que lee el manual recién cuando se rompe algo, primero pruebo. Cuando voy al manual voy a la parte que dice problemas.

¿Qué es lo que más satisfacciones te ha traído?
Mi familia sin dudas, no hay punto de comparación. El placer que es llegar a tu casa a la noche y que tus hijos vengan todos juntos a contarte al mismo tiempo y preguntarte o reclamarte algo, es inigualable. Me puedo imaginar sin una radio, sin dos radios, sin un canal de televisión, sin un sitio en internet, sin la casa que tengo, me puedo imaginar de todas maneras. Pero no me puedo imaginar sin mi familia, ahí no existo, ya no soy yo. Hace a mi esencia. Quitarme eso sería quitarme todo.

¿Qué extrañás de tu casa? ¿Qué anhelás durante la semana?
El silencio que hay en Mayling, ese silencio es espectacular. El olor… el pasto recién cortado El amanecer en Mayling es… Yo por ejemplo me levanto los sábados y domingos muy temprano, estoy enojado con mi diarero que me trae el diario recién a las siete de la mañana. Me levanto y seis y media voy a buscarlo. No lo espero, me mata tener que esperarlo. Siete, siete y cuarto es el momento más lindo. Cuando sale el sol, yo puedo estar en silencio porque todos duermen, leyendo, se huele amanecer, es único. Y después el quincho y el asado. Me da mucho placer, voy al Jumbo, elijo la carne, compro la leña, voy prendiendo el fuego. Hace tres años que hago asado, soy nuevito. Ahora descubrí hacer cordero, venden el costillar de San Luis, sale bárbaro. Empiezo seis y media de la tarde hasta que comemos, nueve y media, diez de la noche. A veces hago batatas al plomo, las envuelvo en papel metálico, también preparo el chimi churri.
Sino me gusta cocinar pastas, compro los fideos Varilla o los Di checo que me encantan y hago la salsa, preparo muy rico pesto. Si tuviera más tiempo cocinaría, me encantaría aprender a hacer sushi pero sé que es muy difícil. Puede llevar mucho tiempo. Prefiero ir a Lissie´s que hay un sushi bárbaro o Yoko´s. Azul profundo también.

¿Qué te falta? ¿Qué tenés pendiente?
No tengo un mapa, van apareciendo las cosas. Nunca mi vida se hizo con un mapa. Prefiero que sea así. No es que dentro de dos años tenga que estar acá, y en cuatro…

La irracionalidad de un empresario

El fútbol, más específicamente River, es un capítulo aparte en la vida de Hadad. “Es mi parte irracional”, expresó en varias oportunidades. Hasta los 5 o 6 años su padrino lo hizo de Boca y lo llevaba a la cancha. El padre no podía cubrir ese rol porque trabajaba los fines de semana. Cuando dejó de estar ocupado los sábados y domingos, pudo empezar a disfrutar del fútbol con su hijo. El primer partido compartido fue con Huracán. Faltando un minuto para que termine, River hizo un gol y Daniel recibió un abrazo bautismal: “Con ese abrazo me hice de River”. Con mi hijo pasa lo mismo, el momento del gol de River es un abrazo ritual. Cuando juega de local vamos los tres, mi viejo, Mateo y yo, siempre juntos, es un programa familiar.

¿Las chicas no?
Al principio venía Camila, y un día le escuché un cantito (golpeando la mesa al mejor estilo “cancha”) y pensé “esto no es bueno”. No dije nada y el domingo siguiente no vino a la cancha. Es difícil explicarle a alguien que no siente el fútbol cómo puede ser que te cambie el humor que tu equipo gane o pierda. Se siente, es maravilloso, es muy lindo. Lo vivo con mi hijo. Por ahí me llama, yo estoy en una reunión y me dice, “¿No me traés las figuritas del apertura?” (lo dice imitando la voz, enternecido). Por más que esté en medio del problema laboral más serio, esa es la prioridad número uno en ese momento, no llegar a casa sin las figuritas del apertura. Es fundamental.

¿Qué te gustaría dejarle a tus hijos?
Me sentiría feliz si aprenden a tener dos características: ser fuertes y libres. No quiero dejarles un cheque o un auto, algunos piensan en una carrera. Yo creo que eso lo van a elegir ellos, tendrán carrera o no tendrán carrera. En el paso por esta vida lo mejor que se les puede dejar es la fortaleza y libertad, porque la vida no es fácil, tiene sus complicaciones. Que aprendan a no depender de nada, de nadie, a confiar en ellos mismos. Sentir que sus convicciones tienen valor, y si el tiempo les demuestra que estaban equivocados, bueno no importa, porque hay que evolucionar, probar, aprender, equivocarse, corregirse. Me parece que si logran ser fuertes y libres, me voy a sentir satisfecho.

¿Si la libertad implica una gran disidencia?
Bienvenido sea, está dentro de los planes. Está perfecto. Los voy a respetar aunque sean diferentes, que sean ellos, si están convencidos, que sean ellos.

¿Tenés tiempo para leer?
Sí, el fin de semana leo mucho y antes de dormirme no veo tele porque siento que sigo trabajando. Hace un año y medio lo decidí. En la tele siempre estoy midiendo el rendimiento minuto al minuto. Leo de todo: historia argentina, la década del ´70, en literatura me deslumbró mucho un libro de Sándor Márai, “La mujer justa”,  me pareció de lo mejorcito del el último año, de Saramago “Las pequeñas memorias”. Leo muchos diarios y revistas, es parte de mi trabajo.

¿Tus radios hablan de la música que escuchás?
Vale y Amadeus hablan de la música que escucho. Igualmente escucho de todo, desde clásica hasta latina.

¿Qué es el éxito?
Yo no sé si hay un éxito como tal. Hay una suma de pequeños hechos, es como la felicidad. Definir el éxito es como definir la felicidad. Hay momentos felices, no sé si existe alguien que diga “yo soy feliz”. Tal vez estoy feliz, esto me hace feliz, pero no es algo permanente. Tanto el éxito como el fracaso no son cosas permanentes, sos exitoso hoy y mañana no. Hoy tuviste un fracaso y mañana lo revertís. Entonces, vale decir que tanto éxito como felicidad son momentos muy puntuales y precisos, frente a hechos muy concretos que dan una sensación interna interesante.

¿Lo asociás con lo profesional o personal?
Éxito es el día en que tu hijo te dice Papi me fue bien en ese exámen que tanto me costó. Me parece que son momentos. El día que el rating de Radio 10 llegó a ser primero sentí éxito. El primer día, después no lo sentís así. Ahora hace ocho años que está primera. El día que nos dijeron que Vale estaba tercera, nos sentimos exitosos un ratito. Ahora, el día que tuve que vender el 80 % de canal 9 porque no anduvo como negocio sentí un fracaso, ese día perdí. Fracasos he tenido muchos, no los cuento, pero más o menos deben estar igual a los éxitos. “Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia”, escribió Rudyard Kipling.
A principios de este mes, los diarios nacionales anunciaron que Hadad vendió su parte de canal 9, el 20% al  empresario periodístico mexicano Angel González González, dueño del 80 % restante del paquete accionario desde enero. La venta se realizó en los primeros días de diciembre e incluye el alejamiento de Hadad de los contenidos periodísticos del canal, entre ellos las cuatro emisiones diarias de Telenueve y las del fin de semana. Hadad continuará con su canal de noticias C5N, con el diario digital Infobae.com, con su combo de radios Radio 10, Mega, Vale, Pop y Amadeus y con la pagina web 10musica.com.

¿Cómo ve nuestra sociedad el éxito?
Esta es una sociedad que ha sido tan golpeada, tan sufrida, hay como una cultura de desconfiar del éxito, es una forma de justificar fracasos. A veces hay mucho regodeo en “Qué  bueno que este se haya caído”, ¿no? ¿Por qué a él le va a ir bien y a mí no? No sólo Argentina, América Latina tiene una sensación muy parecida. En los países anglosajones es distinto, una justificación podría ser que nuestra conquista la hizo el catolicismo y el norte fue protestante. No lo sé, no estoy tan seguro de la explicación. De lo que estoy seguro es que pasa, es una sociedad donde el éxito no necesariamente se lleva aplausos. Es un tema cultural complicado, en cien o ciento cincuenta años se va a resolver, va a ser un mejor país. No es nada en la historia del mundo, doscientos años. Es un problema de ignorancia. Comparativamente, este país está mucho mejor que hace algunos años,.

¿Cómo ve el éxito pasados los 45?
(En rigor de verdad, cuando se hizo la nota aún no había cumplido los 46). Es como cuando te enamorás, a los 15 años es distinto, el corazón no late igual, por esto de la madurez. Sino, seguiríamos siendo adolescentes. Ellos ven en términos absolutos, blanco o negro, todo o nada. Creo que con el paso del tiempo, uno se hace más equilibrado. Ni un éxito te alegra tanto, ni un fracaso te asusta tanto. Vas entendiendo que éxito y fracaso son dos impostores. No pierdo ese deseo de que me vaya bien. En este canal (hace referencia a C5N), si bien tengo un equipo de gente muy bueno, los proyectos hasta que no los veo bien, soy un obsesivo. Pero con más madurez. La pasión es la misma.

¿Crece?
Por lo menos es igual (Risas).

María Victoria Aulet

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