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El mandatario local logró la reelección con el 57% de los votos
Intendente Humberto Zúccaro modelo 2007 - 2011
Timoneará los destinos del Distrito otros cuatro años. Obtuvo más de 40 puntos sobre sus más inmediatos competidores, que aún se debaten en saber si entran al deliberativo. Las claves de una nueva gestión que ya comienza a mostrar su cara.
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El intendente Humberto Zúccaro apuró la botella de agua mineral y tomó el último sorbo. Ya a esta altura nadie sabía cuantas botellas había consumido, ni menos cuántos caramelos habían intentado reemplazar al cigarrillo, que esta vez, jura, no va a volver a probar.
Era domingo cerca del mediodía y las elecciones se desarrollaban, como todo el país, con problemas como faltantes de boletas de la oposición y la común ausencia de autoridades de mesa.
“Esto va a tardar más de la cuenta”, murmuraba Zúccaro con sus colaboradores, ya vestido con la camisa roja que, a modo de cábala, lo acompañó durante toda la extensa jornada que había comenzado antes de las 6 de la mañana.
Ya desde temprano los bocas de urna aportados por su equipo electoral lo situaban por encima del 55% de los sufragios, con picos que alcanzaban el 65% en determinadas localidades. Sin embargo, la principal preocupación no era saber lo holgado de su triunfo, sino saber cuántos partidos de la oposición llegaban al piso legal necesario para ingresar el Concejo Deliberante, el 10% de los sufragios. Luego de votar, cerca de las 16, Zúccaro se retiró al búnker del oficialismo en el centro de Pilar, en donde esperó, impaciente, los primeros resultados. Cerca de las 18 el aviso de que la elección se extendía una hora más lo hizo soltar un largo suspiro de resignación.
Hasta ahí, la buena perfomance de la Coalición Cívica, según los sondeos previos a abrir las urnas, y la magra labor del Paufe le llamaban la atención. Unión Pro, en el medio, también amenazaba —y aún amenaza—, con pasar a formar parte institucional del gobierno de Pilar.
La hermana y el hijo del intendente, Gladys y Enrique Zúccaro, apostados en la escuela 26 controlaban al equipo de fiscales partidarios del Frente para la Victoria y, vía radio, monitoreaban la situación en otras escuelas.
Fue igual al 2005. Desde la 26 también salió, pasadas las 20, la primera mesa que le llegó oficialmente al jefe comunal, a través de la voz de sus familiares. Él ganaba fácil, claro, pero había tres fuerzas con chances de entrar al deliberativo, que luego se redujeron a dos. Unión Pro y la Coalición Cívica.
Esa tendencia se mantuvo inalterable hasta ahora (ver aparte), pero no opacó el festejo del intendente, que pasadas las 22,45, y ya con la información de unas 44 mesas escrutadas, decidió subirse al escenario que se había montado afuera del búnker y cantar victoria.
“Este es el sueño de un hombre que empieza a trabajar en política para ayudar a la gente, recibir este apoyo volcado en una elección”, se emocionó Zúccaro ante más de 500 personas que arrojaban papeles al aire.
De paso, no dejó pasar la oportunidad para enviar un mensaje a la oposición, en donde los invitó a trabajar junto a su gestión y no enfatizar sólo en las críticas hacia su gobierno. “Ahora hay que trabajar, e invito a los partidos que llegan al piso y a los que no, para que empecemos a trabajar y no a criticar, porque gente necesita hechos”, pidió.
En medio de la reflexión, el Intendente remarcó la importancia de seguir trabajando como el primer día, y que a pesar de su abultada victoria, los municipales deberán trabajar el doble. “No importa si ganamos por más de 50 puntos, tenemos que trabajar como siempre, mañana debemos salir como si hubiésemos ganado por 5”, manifestó el Intendente.
El plan
“Integración”. Esa, dice Zúccaro, es la materia pendiente que su segundo mandato, asegura, se encargará de aprobar.
Infraestructura sanitaria y, de la mano de esta, la planificación de un Pilar a 20 años son las premisas que le imprimirá a un gobierno que ya no podrá compararse más que con el suyo propio.
“Hemos hecho 1350 cuadras de asfalto y en realidad no son nada para las 18 mil que hay de tierra. Además nos están faltando más obras de aguas y cloacas, para llegar al 80% de la población que no tiene ese servicio básico”, manifestó Zúccaro en diálogo con Pilar de Todos.
El jefe comunal, además, admite que en materia de salud hay que “intensificar el trabajo”, y en ese contexto apunta a lograr que Nación o Provincia financien la construcción de un viejo anhelo: un hospital con casi 300 camas en un predio que la Comuna tiene en el km. 50 de la Panamericana.
En materia de planificación urbanística, el gobierno, como primer paso, quiere apurar el traslado de la terminal desde el centro de Pilar hacia otro lugar más alejado del ejido, quizá junto a la estación de ferrocarril. En ese sentido, los arreglos que se han impreso sobre la avenida Tomás Márquez y la calle Nazarre (ambas desembocan en la terminal férrea) tiene que ver con ampliar el casco urbano del distrito. El cambio de lugar, calculan desde el gobierno, descongestionará el tránsito en el centro y le dará otra fisonomía a los alrededores de la plaza 12 de Octubre.
En el caso de las localidades, el gobierno apunta a llegar con asfaltos y a interconectarlas con más caminos y servicios de colectivos, una materia de completa injerencia municipal que no ha podido ser resuelta favorablemente del todo.
“Siempre dije que hasta aquí he hecho el 30% de lo que quiero para Pilar; nos faltan muchas cosas que espero que nuestra gestión pueda aplicar en los próximos cuatro años”, expresó Zúccaro en medio de los festejos.
El rotundo aval de las urnas así parecen pedírselo. Por Pilar, por un mejor futuro pero sobre todo por un presente que ya mismo comience a sonreírnos, ojalá se dé.
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