Un caso aberrante
Más de 60 testigos declararán en el juicio contra el cura acusado de abuso
El proceso contra el sacerdote Napoleón Sasso comenzó ayer en los Tribunales de San Isidro. Entre los que declaren figuran el cura Luis Domínguez Guzmán, la psicóloga María Inés Olivella y las colaboradoras del comedor que funcionaba en la capilla de La Lonja. Los abogados de las víctimas piden 20 años de prisión.
El juicio oral contra el presbítero Mario Napoleón Sasso, vicario que se desempeñaba en una capilla de la localidad de La Lonja y que fue acusado por abuso sexual de menores de edad, comenzó ayer en el Tribunal 1 de San Isidro.
El proceso se extenderá por varias jornadas ya que se estima que más de 60 testigos deberán acercarse a declarar los hechos que se fueron sucediendo dentro de la capilla en la que Sasso prestaba servicios y en la que habría abusado de cinco niñas menores de edad.
Entre los testigos que se acercarán al Tribunal figuran las colaboradoras del cura, quienes ayudaban a llevar adelante un comedor infantil, el cura Luis Domínguez Guzmán – titular de la Casa de Derechos Humanos pilarense – y la psicóloga María Inés Olivella, encargada de la realización de pericias psiquiatritas a las víctimas.
Actualmente Sasso está detenido en el penal de Olmos desde el 2004, luego de su frustrado intento de fuga a Paraguay auxiliado por sus encubridores.
Está acusado por "abuso sexual doblemente agravado en razón del sometimiento sexual ultrajante para las víctimas, de entre 6 y 13 años, y por su condición de ministro de un culto religioso", según sentenció la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), que apoya a las presuntas víctimas.
En la denuncia contra Sasso, se precisó que el delito de abuso sexual fue cometido "en forma reiterada en cinco hechos -se está abriendo causa por otros dos casos- ejecutado en el interior de la Capilla de la Lonja, en perjuicio de niños que asistían al comedor escolar", según señaló la APDH.
En tanto desde esa organización estiman que el juicio oral “termine en condena, ya que es un delito que es castigado por las leyes argentinas con penas de hasta 20 años de cárcel”.
La causa fue iniciada en noviembre de 2003 por denuncia de la encargada del comedor infantil de la parroquia de Pilar, acompañada por el cura Luis Guzmán
En la denuncia inicial que realizó la mujer por abuso de una niña de 12 años, ambas aseguraron que tras el abuso sexual el sacerdote amenazó de muerte a la pequeña para que no contara lo ocurrido.
Según las denuncias en su contra, los abusos fueron cometidos entre fines de 2002 y mediados de 2003, y la captura fue ordenada a fines de ese último año por el juez de San Isidro Orlando Díaz.
La investigación que finalizó con la orden de detención del cura contó con dos informes claves, uno psicológico que estableció que el cura tenía rasgos que lo definían como "pedófilo", y otro psiquiátrico, en el que se estableció que padece "trastornos obsesivos".
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