Hace 17 años que pelean por sobrevivir
Taller Protegido Mi Rincón: Un espacio que busca no sucumbir ante la indiferencia de la sociedad

Se creó en el año 1990 para darle la oportunidad a 24 chicos con capacidades diferentes para que puedan insertarse en el mercado laboral. Elaboran comidas y distintos elementos que comercializan en diferentes comercios de la zona. Aunque hoy, apenas reciben una mínima ayuda del Estado y luchan por evitar que sus puertas se cierren.

Desde los inicios de la gestión del intendente Humberto Zúccaro se planteó como eje de trabajo la integración de las personas con capacidades diferentes. De hecho una de las primeras decisiones que tomó el jefe comunal fue la creación de la Unidad Municipal de Gestión Educativa e Integración a la Discapacidad. Sin embargo la creación de esa área, que si bien viene realizando un fuerte trabajo en pos de la integración, aún deja huecos en blanco que pelean por subsistir. Ese es el caso del Taller Protegido Mi Rincón, un espacio creado para que las personas con capacidades diferentes puedan insertarse en el ámbito laboral. Desde 1990, un grupo de padres, preocupados por el futuro de sus hijos luego de finalizada la formación laboral en escuelas especiales, crearon el espacio en el que en la actualidad cerca de 24 chicos concurren a diario.
Ellos lograron emprender el camino laboral a través de la elaboración de distintas bolsas de residuos y productos alimenticios que comercializan en distintos puntos del Distrito, recibiendo un sueldo mínimo que corre por cuenta del Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia.  Sin embargo, con el pasar de los años, los ingresos y colaboraciones de otras entidades comenzaron a menguar, haciendo peligrar la existencia de “Mi Rincón”.
En ese sentido, el director del taller, Luis Brizuela aseguró que hoy sólo reciben un aporte “mínimo” del Estado “que sirve para pagar parte del alquiler de la casa en la que funcionan los talleres”, alquiler que en las ultimas semanas se les incrementó de 800 a cerca 1500 pesos. “Hemos intentado tener un espacio propio, a través de terrenos fiscales, pero no tuvimos suerte y hoy debemos decir que Mi Rincón nos está generando pérdidas”, aseguró el titular de la entidad.
De hecho comentó que desde el municipio “todo se queda en nada más que palabras”. Apenas alcanza para conseguir los insumos necesarios para que los chicos trabajen, quienes con sus manos intentan integrarse en la sociedad a pesar de las trabas.
Ellos reciben un sueldo de 150 pesos por 8 horas de trabajo, cinco días a la semana. “Verdaderamente cobran menos que un Plan Trabajar”, aseguró Irene Aschero, una psicóloga que colabora en la entidad y que con algo de angustia en su rostro vaticinó la posibilidad de tener que cerrar el Taller. “Si seguimos así, vamos a tener que cerrar”, manifestó Aschero.

Capacidad
El Taller Protegido Mi Rincón alberga a 24 personas que trabajan en los talleres de elaboración de productos alimenticios y de distintas bolsas de polietileno, que comercializan en todo el Distrito. Sin embargo, en Pilar existen más chicos que buscan ingresar al taller, pero por problemas de capacidad es imposible incluirlos dentro de Mi Rincón. “Hay una poca valoración de los pacientes con problemas de salud mental dentro de la sociedad”, aseguran desde la entidad. Hoy solo pueden mantener el lugar con la realización de diferentes festivales a beneficio, cuyo único objetivo es lograr que Mi Rincón no cierre las puertas que hace 17 años abrió con el anhelo de integrar a quienes más lo merecen.

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