Sigue la polémica
Roviralta no pagó la multa y quiere reabrir la tosquera
El Juzgado de Faltas le había impuesto un castigo de 16 mil pesos, pero el ex de Susana Giménez apeló ante la justicia ordinaria. El gobierno había cerrado la cantera porque no tenía habilitación, pero no descartan que vuelva a funcionar.
El ex de Susana Giménez, Huberto Roviralta, apeló la decisión del gobierno, luego de que éste le cerrara la cantera que funcionaba en un predio de la localidad de Manzanares, en Pilar.
Además, el ex polista, no pagó la multa que por un valor de 16 mil pesos le había impuesto el Juzgado de Faltas, monto que debía cancelarse a más tardar el lunes pasado.
El tribunal local le había impuesto el cargo tanto a Roviralta, como a Gustavo Guitar, un hombre relacionado con algunas empresas de movimientos de suelo, quien habría estado a cargo de la explotación minera en los terrenos de Roviralta.
“Ellos (por Roviralta y Guitar) alegaron que se les estaba generando un perjuicio al haber impuesto nosotros la clausura, por lo que apelaron la medida en la justicia ordinaria”, explicó a Pilar de Todos el responsable del Juzgado de Faltas, Sebastián Zamarripa.
“Además no pagaron la multa, que era el máximo para este tipo de infracciones, es decir 40 sueldos básicos municipales”, corrigió el funcionario, ya que había trascendido que en realidad ese monto se trataba del mínimo que se podía imponer.
La decisión del Municipio se desencadenó luego de que se constatara la explotación sin habilitación de la cantera, cuya actividad, en Pilar está prohibida desde 1995.
Roberto Airoldi, de Inspección, y Oscar Salom, titular de la cartera ambiental local, ingresaron a la enorme cantera, cuya superficie superaría las dos hectáreas de extensión, con una profundidad que alcanzaba en algunos sectores hasta los 15 metros.
Los funcionarios explicaron que la cantera no cumplimentaba con las exigencias que pedía el municipio y tampoco tenía aprobación de la provincia de Buenos Aires, precisamente de la Dirección de Minería. Tanto Salom como Airoldi aseguraban en el fragor de la clausura que realizarían inspecciones diarias para evitar que los explotadores retomen la actividad.
De todos modos, ahora no se descarta que sea la justicia ordinaria la que le permita a Roviralta y a los responsables de la explotación a volver a retomar la labor.
“La resolución del juzgado correccional puede tomar entre tres y cuatro meses, pero en el medio la justicia puede determinar que las labores continúen”, informó Zamarripa.
El Municipio comenzó en febrero a realizar actas de inspección e infracción en la cantera, pero, hasta la clausura, nunca se pudo frenar la explotación.
Roviralta, en diálogo con Pilar de Todos, había admitido que el predio era de su propiedad, aunque se encargó de aclara que la cantera no tiene por fin comercializar la tosca que de allí se extrae —actividad prohibida en Pilar desde 1995—, sino “construir una lago para los amantes de los deportes acuáticos”. Esa supuesta fachada puede ser la que le permita a Roviralta volver a extraer tosca y otros materiales en el predio de Santa Coloma.
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