Integra la entidad “El Manzano”, de Villa Rosa
Patricia Martínez, perfil de un alma incansable y solidaria
Desde hace más de dos años que recorre junto a otras 19 personas las calles de la localidad para detectar “gente que no la está pasando bien”. Apuntan a la seguridad social, asesoramiento jurídico y laboral. Pero también construyen casas, donan materiales y dan de merendar a 50 chicos de un club de fútbol. “Nunca podría dejar de hacerlo”, se emociona la mujer.
Patricia no para ni un minuto de atender el teléfono. Cuesta incluso comenzar la entrevista. Es que ese llamado puede ser el que le resuelva alguno de los problemas que, pese a que parecieran no ser suyos, esta mujer de ojos claros y pulso firme ha asumido como propios. Quizá llegó el material para construirle la casa a alguien, la silla de ruedas para una pequeña que la necesita desde hace tiempo, o alguna voz del otro lado del auricular que le pide ayuda para conseguir desde un documento, hasta asesoría legal. El tránsito sobre el camino de la solidaridad, pese a que esté plagado de obstáculos, no permite freno.
Patricia es Patricia Martínez, quien desde hace tres años integra la Asociación Civil “El Manzano”, una entidad creada en principio por un puñado de mujeres que un día decidieron salir a “caminar Villa Rosa” y fijarse no sólo en las dificultades que la vida les siembra a uno en el camino cotidiano, sino en las necesidades del otro.
“Notamos que había y hay muchas necesidades. Y mucha gente que necesita ayuda para resolver desde cuestiones legales, hasta asistencia en el campo de la seguridad social”, relata Patricia a Pilar de Todos, antes de volver a hacer una pausa en el diálogo y volver a marcar un número. “Necesitamos el piso para una casa”, dice por lo bajo.
“El Manzano” fue reconocida como entidad intermedia en diciembre de 2005, tanto a nivel provincial como municipal, aunque un año antes ya había iniciado su labor, desplegando en distintos barrios de la localidad su ayuda solidaria. Hoy, cuentan con el apoyo de algunas empresas, particulares e incluso municipios vecinos. Y, claro, el de cada una de las personas que día a día se “mete” en las necesidades del otro y las hace propias.
“Muchas veces tenemos que encarar nosotros mismos la compra de elementos o materiales, pero también recibimos la ayuda de empresas como Ford, o FV, a quienes les estamos sumamente agradecidos”, sonríe la mujer.
Compromiso
“El Manzano” trabaja con un equipo de abogados que atienden gratuitamente a los casos que ellos les derivan. Desde asesoramiento por pensiones, subsidios por discapacidad, hasta juicios laborales.
“En total ya hemos cooperado con unas 60 personas con distintas problemáticas, desde juicios laborales, hasta guiarlos en la concreción de una pensión por discapacidad. A veces son tantos los inconvenientes que tiene la gente que debemos ampliarnos a cada día”, comenta Patricia, sin que eso signifique un problema para ella.
A “El Manzano” la integra también una asistente social, lo que les permitió acercarse aún más a las necesidades de la gente y trazar un plan de ayuda.
Esa labor, incluso, a significado que el Rotary Club haya colocado a la entidad entre una de las referentes de Villa Rosa a la hora de concretar algunos de sus programas, como “Ver para Aprender”, o la campaña “Manos Limpias”.
Tanto trabajo para Patricia le significa tener que quitarle momentos a su propia vida, aunque ella misma se encargue de aclarar que su vida es también “velar por el bienestar de los demás”.
“Muchas veces pasa que con tantas cosas por resolver llega un momento en el que tenés ganas de largar y dedicarte a tu familia. Soy separada y tengo dos hijos chicos (una nena, Florencia de 6 años, y Lucas, de 2), pero cuando te tocan la puerta y vez las necesidades de la gente te das cuenta que lo llevás adentro del alma y no te entra en la cabeza decirle no a alguien, todo lo contrario”, afirma Patricia.
Tal como señala la mujer, la labor que ella junto a otras 19 personas ha encarado, se ha forjado sobre dos puntales: el compromiso y la humildad.
“Destaco por sobre todas las cosas la humildad y el compromiso que tiene la gente de la entidad. No hay presidentes, ni nadie superior a otro, sino que todos somos iguales y apuntamos a mejorar la calidad de vida de la gente de Villa Rosa", se emociona Patricia, decidida a volver a salir a la calle, quitarle tiempo a su propio tiempo, para dedicárselos a los demás. De eso se trata ser solidario en serio.
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