A 31 años del Golpe de Estado que se cobró 30 mil víctimas
Pilar brega por el pedido de Justicia y apela a mantener la memoria activa
Madres y abuelas de Plaza de Mayo llegaron al Distrito para afianzar el compromiso social en la búsqueda de los desaparecidos durante la ultima dictadura militar. Familiares de víctimas de la represión los recordaron y pidieron con mayor fuerza la aparición con vida de Julio López, uno de los desaparecidos en plena democracia.
Después de 31 años de injusticia y falta de respuestas, las heridas que ha dejado la dictadura militar aun no cierran. Los pedidos de memoria, justicia y verdad se reiteran entre los familiares de los más de 30 mil desaparecidos que dejó el golpe de estado más violento de la historia argentina y repercuten en toda la sociedad que poco a poco va despertando del letargo en el que vivió durante tantos años.
Las explicaciones no alanzan, pero poco a poco la sociedad comenzó a comprender la historia oscura que signó la década del ´70. “Esa generación tenía muy claro los objetivos para poder cambiar las injusticias de la sociedad. Querían una sociedad donde se respetaran los Derechos Humanos; querían un país donde la gente tuviera trabajo, acceso a la educación a la salud y a una vivienda digna”, analizó Mabel Gutiérrez, integrante de familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas en el acto en el que el gobierno local recordó a los desaparecidos de esa época. “En esa lucha estaban involucradas desde las pequeñas organizaciones en el barrio, las facultades y los sindicatos, pero hay que resaltar que el golpe se hizo para terminar con esa movilización permanente de aquellos compañeros que estaban activamente unidos para poder cambiar la historia” agregó Gutiérrez. Aunque con el tiempo transcurrido y las pocas respuestas que sobre el golpe se tienen, los familiares de las víctimas entienden que si los que lucharon “hoy estuvieran presentes verían que no sólo no pudieron cambiar la sociedad en la que vivían sino que es más injusta que antes”.
Los pedidos de Memoria activa y Justicia para sus desaparecidos son una constante que seguirá estando vigente a pesar del paso de los años. Ese fue el pedido al que se sumó el Intendente Humberto Zúccaro quien recordando la Masacre de Fátima, que signó a la población en un absoluto asombro, destacó que para que sucediera el 24 de marzo “hubo una complicidad política”. Asimismo, se sumó al pedido de aparición con vida de Julio López uno de los primeros desaparecidos en plena democracia y del que aún no se tienen rastros.
“Ojalá que lo encontremos y podamos decir que esto se acabo en serio. Que no tengamos miedo a poder enfrentar a aquellos que con total impunidad mataban a nuestros hermanos. No olvidemos que aquí ocurrió una masacre, y no olvidemos que la iglesia se equivocaba cuando acompañaba a aquellos que mataban, y confesaban a cada madre que luego desaparecía”, enfatizó el intendente alrededor de las madres y abuelas de Plaza de mayo que junto a él destaparon una placa recordatoria con los nombres de las víctimas pilarenses de la represión.
Lucha constante
Las circunstancias políticas de la Argentina, les ha quitado lo mas preciado que un ser humano puede tener: sus seres queridos, aún así decidió no bajar los brazos y comenzó a luchar desde el instante mismo en el que la desaparición era confirmada.
Aurora Morea, madre de Susana Pedrini de Broncelli, una de las víctimas de la Masacre de Fátima, recuerda que en el momento en el que la secuestraron, su hija estaba embarazada de dos meses, “a los veinte días de su desaparición; la bajaron de un camión y le metieron un tiro en la cabeza” recuerda Aurora casi con lágrimas en sus ojos. “Yo salí desesperada a la calle, no sabía para donde ir porque no entendía nada de lo que estaba pasando”, recuerda la mamá de Susana quien junto con las madres y abuelas emprendió la lucha. “Peleamos 30 años, y mientras yo este de pie no voy a parar, yo tengo que vivir hasta que estén presos todos los asesinos. Que se pudran en la carcel es lo unico que yo les deseo”, cerró la mujer visiblemente emocionada.
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