En su 25 aniversario
La Escuela 25, un cuarto de siglo del lado de la gente de Del Viso
Apuntan a afianzar aún más los lazos con la comunidad. Su directora, Elida Iacurto, hace 22 años que está al frente de la institución ubicada en el barrio Los Cachorros. Una entidad que creció a la par de la llegada de la gente a la zona y que se erigió como nexo entre ambas partes. Su función social y el compromiso social la posicionaron como una de los colegios más requeridos.
La Escuela Nº 25 Sargento Cabral, nació en marzo de 1982 y a partir del momento en el que comenzó a brindar servicios educativos en la zona, no paró de crecer. Hoy, a 25 años de su creación muchos la recuerdan como una de las instituciones más representativas del barrio de Los Cachorros, de Del Viso. Desde sus primeros años de vida, la escuela se propuso erigirse como un punto de encuentro en el que la comunidad encontrara respuestas, contención y sobre todo calidad educativa. Y así lo refleja la directora de la institución, Elida Iacurto, quien con motivo de los festejos por los primeros 25 años de vida de la escuela, la recuerda como una de las cosas más importantes de su vida.
¿Cómo nació la Escuela 25?
Fue en marzo de 1982, una fecha muy especial para todos los argentinos porque la creación de esta escuela coincide con el comienzo de la guerra de Malvinas, y a pesar de esas circunstancias, la comunidad se mostró muy colaboradora con la escuela. Recuerdo que la primera directora fue Sonia Lembeye, en esa época, la escuela era muy chiquita. Cuando yo llegué (dos años después) tenía 7 secciones nada más, contaba con un patio muy grande y a su alrededor había sólo campo. Luego fue creciendo, la zona se fue poblando y en pocos años la escuela pasó a ser de primera con más de 15 secciones. Hoy, tenemos 555 alumnos de primero a sexto año y cerca de 300 en Escuela Secundaria Básica.
Teniendo en cuenta la apertura que la institución tiene en la comunidad ¿Cómo trabaja con ella?
La apertura que la escuela tiene, está relacionada con una función social que es más importante que en las otras escuelas de alrededor. Ese papel es un poco obligado porque nos toca hacer de nexo en una realidad del barrio con dos situaciones sociales bastante enfrentadas. La escuela ahí empieza a cumplir su función social y agrega un servicio de comedor al que actualmente asisten 160 chicos todos los días, se aboca a talleres opcionales y municipales. Nuestra intención es que los chicos pasen por la escuela para colaborar en las actividades y poco a poco lograr que se convierta en el núcleo del barrio.
¿Qué evaluación haría del trabajo que está haciendo la escuela en este cuarto de siglo de vida?
Nos hemos afianzado bastante en el aspecto educativo, aunque en el aspecto social siempre fue una escuela que tuvo sus inicios por iniciativa de los padres de los chicos de la zona que por una cuestión de distancia – recordemos que la escuela más cercana era la 28 – esperaban esta institución para el barrio. Y lo que logramos en los últimos tiempos es darle un enfoque un poco más pedagógico. Eso implica que además de cumplir la función social también buscamos tener un nivel en cuanto a calidad educativa mayor de los que veníamos teniendo. Por eso tenemos un convenio con la Universidad de San Andrés y la Fundación Por Pilar.
Un trabajo que también hizo crecer a la institución.
Sí, y muchísimo. Uno de los parámetros que nos demuestran el crecimiento de la escuela es que todos los años tenemos siempre cubierta la matrícula, y queda chica para las necesidades del barrio. A tal punto de que ya tendríamos que ir pensando en la llegada de otra escuela para la zona.
Pero por otro lado, también en la vida de una escuela, 25 años es muy poco. Es como en la vida de las personas cumplir 15 años. Son los primeros 25 años y es como que la institución recién se empezó a formar la identidad de la escuela. Es el comienzo de su construcción. Tratamos de sembrar principios filosóficos y educativos que se mantengan a lo largo de la vida institucional, con eso buscamos otorgarle una identidad propia a la institución.
¿Qué significa para usted, la escuela 25?
Para mí es una parte muy importante de mi vida, muchos años de mi carrera docente la trabajé aquí. Desde 1985, encontré esa escuela que recién estaba formándose y se presentó como un desafío como lo es para cualquier director. Me tocó marcar principios de identidad propia y tener una idea de qué es lo que a uno le gustaría trabajar en una comunidad. Eso es lo que nos pasó a todos los que llegamos en esa época a la escuela.
Fue muy lindo e importante el trabajo durante estos primeros 25 años y creo que también lo fue para todos los directores que pasaron por ella, porque quedamos un poco marcados.
Si bien reconocemos que la comunidad es muy demandante, entendemos que eso es un gran desafío que hacen que te sientas identificado y parte de ellos.
Hace veinticinco años, el barrio terminaba en la escuela, luego fue creciendo hacia todos los laterales y la 25 como se la conoce en la zona comenzó a ser el punto de reunión de la comunidad.
“La escuela es un punto de encuentro, la familia se encuentra acá y pese a los cambios que afectaron a la sociedad en su conjunto creo que la escuela aun mantiene su función de reunir a la comunidad”.
Patricia Alba.
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