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Un Robin Hood municipal
Tras la clausura de un supermercado de Derqui, Airoldi ayuda a dos comedores comunitarios
El director del área de Coordinación de Inspecciones cerró el local porque el sector de lácteos no poseía el frío suficiente para la conservación de los productos. Decidió que la nueva provisión que recibiría el negocio se destinara a los comedores del barrio “La escondida” y al Centro del Niño “14 de Mayo”.
 Alertado por la denuncia de una clienta de un supermercado chino, ubicado en la calle Dorrego al 500 de la localidad de Derqui, el director del área de Inspecciones, Roberto Airoldi se hizo presente en el lugar y tras constatar que las heladeras no funcionaban correctamente decidió proceder a la clausura preventiva del negocio.
“Tienen un depósito que no está habilitado y heladeras que no tienen frío. El lugar se va a clausurar y las actuaciones se podrán a disposición de la justicia de faltas”, explicó Airoldi.
Sin embargo, esta clausura no tuvo el mismo final que las anteriores. La faja que culmina con el funcionamiento de los locales, no fue colocada – al menos en lo que duró el operativo -. Esta vez, la historia fue distinta ya que luego de decomisar las mercaderías que no estaban aptas para el consumo humano, se procedió a confiscar la nueva partida de productos lácteos, los cuales iban a tener como destino la heladera que no tenía frío. Sin dudarlo, Roberto Airoldi puso manos a la obra, y junto con sus colaboradores trasladaron los alimentos hacia los comedores comunitarios del barrio La escondida y la “Casa del Niño 14 de Mayo” del barrio Monterrey. En este sentido, el director de inspecciones dejó en claro que la mercadería que fue destinada a los comedores infantiles es aquella que recién se había bajado de los camiones de las empresas correspondientes. “Trasladamos los productos hacia esos lugares porque no pueden permanecer acá porque la heladera no funciona”, expresó el funcionario.
Hacia los comedores
 Tras haber cargado la patrulla comunitaria con los productos lácteos, Airoldi y su equipo emprendieron viaje hacia el Comedor Comunitario “La escondida”, que está a cargo de la señora Nancy Torres. Allí, todos los días acuden a almorzar más de 180 chicos de los barrios La escondida y Los Rosales. Ella, junto con 6 mamás que la acompañan hacen malabares para que ningún chico se quede sin su plato de comida y esta “donación” llegó en el momento oportuno. Nancy Torres explicó que justamente “se iba a cerrar el comedor por una semana porque no se había recibido mercadería, ahora con esto se van a armar bolsas para entregar a los chicos”.
El comedor del barrio La Escondida –según explicó la encargada - recibe un subsidio de la provincia de Buenos Aires, pero sólo se aportan partidas para 108 niños. Funciona desde el año 1994 y es el sustento de la mayoría de los chicos que habitan la zona.
Finalmente, en el hogar “14 de Mayo”, fue Irma Perez quien recibió los alimentos - un poco desorientada por lo que sucedía -.Tras reunirse con el inspector que le brindó las explicaciones del caso, aceptó gustosa la “donación” y comenzó a organizar la entrega para los más de 45 chicos que, día a día, se dan cita en el lugar para almorzar, merendar y hacer las tareas escolares.
Con el sabor de la tarea cumplida, Roberto Airoldi puso punto final a la labor pero con la advertencia de que los controles en los supermercados, continuarán constantemente.
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