Fue la semana pasada
Policías evitan fuga masiva de la comisaría de Pilar
Durante la noche dos uniformados detectaron que algunas baldosas de un patio interno de la dependencia estaban comenzando a rajarse. Eran los presos que desde el calabozo habían construido un surco debajo de las paredes de hormigón y se aprestaban a escapar. Había 17 detenidos, quienes escondían la tierra del pequeño túnel en los colchones.
La policía de Pilar evitó una nueva fuga masiva de los calabozos de la comisaría céntrica.
Fue la semana pasada cuando dos uniformados que revisaban los exteriores de la dependencia notaron que algunas baldosas que lindan a los paredones de los calabozos estaba comenzando a resquebrajarse, lo que inmediatamente generó las sospechas que alguien “desde abajo estaba levantando el piso”.
De inmediato, los dos miembros de la fuerza se dirigieron al interior de los calabozos, y detectaron que los detenidos tenían un colchón cubriendo justo un sector del paredón que daba a las baldosas, mientras que todos tenían un aire distraído. “Al parecer alguno de los presos notó que los policías se dieron cuenta que se estaba tramando una fuga al querer romper las baldosas y abortaron las acciones”, confiaron fuentes policiales a Pilar de Todos.
Con apoyo de otros uniformados, ingresaron a los calabozos y luego de retirar el colchón se percataran que los detenidos habían trazado un surco por debajo de las paredes de hormigón, que no se internarían más de 30 centímetros por debajo del piso, y ya habían llegado a la superficie del otro lado. Sólo faltaba retira las baldosas.
La tierra que los presos iban extrayendo del piso era colocada dentro de los colchones, para evitar que en cada requisa nocturna los uniformados notaran alguna anomalía.
El hueco construido permitía el paso de un cuerpo y, en caso de retirar las baldosas, serían unos 17 detenidos los que podrían haberse dado a la fuga, ya que el paredón da al ingreso de vehículos, una zona de fácil ingreso y egreso, aunque siempre custodiada.
Otra vez
Hace dos años 14 presos sí lograron su cometido y pudieron evadirse de la comisaría céntrica, en lo que fue la fuga masiva más grande que haya recordado Pilar.
Aparentemente con un hilo de metal limaron los barrotes de una reja y se fugaron por otro patio trasero que da a la calle Rivadavia, más precisamente a una remisería.
El hecho le costó la cabeza al que en su momento era el titular de la dependencia, Eduardo Gervasoni, y a varios de sus subalternos.
Ahora, desde la dependencia, buscaron minimizar los hechos y luego de que se reforzaran los paredones con ayuda del Municipio, señalaron que “era casi imposible que los presos se fuguen ya que el sector (por el que se estaban abriendo paso) es permanentemente vigilado”.
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