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Un viejo conflicto que se agrava
Trabajadores de San Sebastián toman la planta y quieren formar una cooperativa
Buscan evitar el remate de la planta avícola, cerrada desde hace un lustro. Aseguran que permanecerán en las instalaciones hasta las últimas consecuencias. Son 50 empleados y hay en juego 500 fuentes laborales.
Cansados ante tanta incertidumbre y espera, unos 50 ex trabajadores de la planta avícola San Sebastián de Pilar tomaron el sábado pasado la fábrica cerrada hace cinco años y reclaman que se les entregue a una cooperativa que formaron para tal fin.
Así lo decidieron luego de que la justicia resolviera la quiebra de la empresa y su posterior remate, trámite que se llevaría a cabo en las próximas semanas.
San Sebastián cerró sus puertas en el 2000 y dejó en la calle a unos 500  trabajadores, quienes durante un año recibieron un subsidio de desempleo y la promesa jamás cumplida por parte de su propietario, Carlos Storni,de reabrirla en algún momento.
“Hicimos una reunión y decidimos tomar la empresa para resguardar las fuentes de trabajo de todos. Una síndico nos quiso sacar pero no nos vamos hasta que se resuelva la situación”, explicaron José Zurita y Orlando Díaz en declaraciones realizadas al programa radial SOS Noticias, de Fm Plaza (sábados de 11 a 13).
La intención de los trabajadores es que el Estado expropie la planta y la entregue a una cooperativa que formaron para tal fin, denominada Nueva San Sebastián.
“No queremos la indemnización, sino trabajar. Las instalaciones están en condiciones, más allá de algún detalle e incluso tenemos gente que nos va a proveer de animales para hacer la matanza avícola”, explicó Zurita.
Sin base
La justicia decidió el remate de San Sebastián con una base de 14 millones de pesos, pero no hubo oferentes. Ahora, no se parte desde un mínimo, por lo que los  trabajadores temen que la firma sea comprada por los mismo dueños anteriores “por dos monedas”.
“Por el monto que pretendían rematarla en primera instancia no alcanzaban a cubrir la deuda que tienen con los trabajadores. Pero ahora no hay base y podría pasar que la compren a muy bajo costo los mismos que la quebraron”, analizaron Zurita y Díaz.
“Sabemos los riesgos que corremos y lo que puede pasar, pero estamos tranquilos y seguros con los que estamos haciendo”, finalizaron, después de pedirle ayuda al intendente de Pilar, Humberto Zúccaro.
“Si bien Zúccaro antes no era intendente (cuando cerró la planta), ahora necesitamos que nos apoye”, reclamaron los trabajadores.
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