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Más problemas
Otro revés para la cooperadora del Hospital Sanguinetti
El Concejo rechazó de plano la realización de una rifa. Es porque una firma contratada por la entidad las vendía sin autorización y a diez veces el valor estipulado. Pilar de Todos había revelado que empresas privadas se quedan con un porcentaje de la recaudación.
El jueves por la noche un nuevo y duro golpe cayó sobre los responsables de la cooperadora del Hospital Central de Pilar Juan Sanguinetti, cuando el Concejo Deliberante decidió descartar definitivamente un pedido de autorización para que la entidad venda rifas con el objeto de recaudar fondos para el nosocomio local.
 Tras el primer revés que sufrió la entidad cuando el pedido fue rechazado en la última sesión, los responsables de la cooperadora —quienes asumieron a principios de junio— albergaban aún esperanzas de poder recibir el permiso.
Sin embargo, el legislativo prohibió la venta ya que no sólo comenzó a realizarse sin autorización (incluso dos personas fueron demoradas en la comisaría por comercializar las rifas sin permiso), sino porque excedían en ocho veces el valor establecido.
Ediles de la comisión de Hacienda se reunieron con los responsables de la cooperadora, aunque desde el vamos no había posibilidad de torcerle el brazo a la decisión de los concejales.
En el encuentro, según confiaron algunos ediles a este medio, los responsables de la cooperadora fueron acompañados de un abogado y explicaron que la venta no estaba siendo llevada a cabo directamente por personal de la entidad, sino de una empresa privada contratada para tal fin. En ese sentido, desde la cooperadora no habrían tenido información respecto a que se estaba violando el valor de las rifas permitido: al parecer se vendían rifas a cerca de 800 pesos, pagaderos en doce cuotas, cuando la autorización sólo permitía números de 120 pesos, también pagaderos de la misma forma.
“Hay cosas que ni ellos sabían, porque todo estaba en manos de una empresa que les daba 3 mil pesos de la recaudación y un porcentaje si excedían cierta cantidad de rifas vendidas. Pero en la reunión se enteraron que se estaban vendiendo a cuotas 7 u 8 veces más caras”, explicó el edil Carlos Olivera, presidente de la bancada oficialista del deliberativo.
Cuestión de fondo
Tal como revelara Pilar de Todos en un informe publicado en la edición anterior, la entidad entrega a una empresa privada parte de los fondos recaudados, en concepto de canon por las tareas realizadas.
Este último punto sería una de las trabas para la obtención de la autorización y blanco en el que algunos ediles pretenden centrar la discusión.
De hecho, algunos concejales deslizaron que si la cooperadora pretende en un futuro acceder a nuevas autorizaciones para realizar rifa la tarea no podrá ser delegada en manos de ninguna empresa.
“Acá hay una cuestión de fondo y tiene que ver con que si una empresa debe o no hacerse cargo de estas cosas. En el caso de los bomberos de Derqui pasaba lo mismo: una firma se hacía cargo de todo, la comunidad colaboraba, pero se quedaban con parte de la plata”, se indignó un edil derquino.
Durante cuatro años, según contó el actual presidente de la cooperadora, Fernando Fabián Gómez, el sistema estuvo íntegramente tercerizado y una firma, de nombre Bianchi, le entregaba a la entidad la suma fija de 3 mil pesos por mes “sin importar la recaudación”.
En ese contexto, Gómez calculó que la entidad habría perdido cerca del 50% de la recaudación a lo largo de estos años, es decir unos 100 mil pesos.
Cuando asumió, a principios de junio, el actual titular de la entidad descartó a la empresa, aunque admitió que se contrató a otra firma que, esta vez, sí le redituaría más fondos a la cooperadora.
Sin embargo, una serie de irregularidades desembocó en un freno por parte del gobierno y un nuevo dolor de cabeza para la entidad solidaria.
Primero, la empresa, de la que no trascendió el nombre, comenzó a comercializar los números para el sorteo sin autorización. Además, en las rifas, aparece el número de un supuesto Decreto de permiso, cuando en realidad se trata del número de expediente a través del cual se inició el pedido, y por último aunque quizá lo más grave es que se estaban vendiendo a espaldas de la cooperadora boletos por valores hasta 8 veces más de lo establecido.
“Acá la gente de la cooperadora no tiene nada que ver, ya que ellos no salían a vender sino un grupo contratado. Se puede cuestionar si conviene o no que una empresa haga estos trabajos, pero los errores hay que corregirlos”, expresó, por su parte, el edil Miguel Saric, presidente de la comisión de Hacienda.
Otro tema que irritó a las autoridades, es que los vendedores intentaban convencer a los potenciales compradores con frases como “si no colaboran el hospital se viene abajo”, o “no hay remedios ni insumos”.
Ahora, señalaron desde el legislativo, los responsables de la entidad deberán tramitar en el Departamento Ejecutivo un nuevo permiso, aunque desconfiaron de que se vaya a aprobar “si hay empresas en el medio o se le miente a la gente con argumentos como que si no colaboran el hospital se hunde”.
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