Son
las dependencias en las que más cambios se hicieron
Delegaciones,
un dolor de cabeza al que no se le encuentra remedio
El
gobierno imprimer permanentemente cambios en los responsables
cuesta mantener a los mismos hombres. El proyecto de convertirlas
en verdaderos centros comunitarios aún duerme en un cajón.
Las
delegaciones iban a ser verdaderos centros comunitarios. Ahí
donde la mano del estado comunal iba a decir presente. La idea
era ambiciosa: extender la presenecia de la Comuna a cada una
de las localidades y crear centros en donde se pueda reealizar
el pago de tasas y hasta el inicio de un trámite de habilitación.
"Pequeñas Municipalidades bien cerca de los barrios",
imaginaba un funcionario, cuando se apagaba el año 2003.
En ese contexto, incluso, el gobierno aseguraba que los delegados
iban a ser elegidos por los vecinos, ya sea de manera directa
a algún otro mecanismo de consulta. "Basta con que
son apenas oficinas en onde la gente reclama una lámpara
o que le junten las ramas", añadía.
Pero la realidad se encargó de mostrar otra fotografía
muy distinta.
Las delegaciones pasaron de ser las áreas que el gobierno
pensaba cambiar más radicalmente a ser las usinas generadoras
de los más grandes dolores de cabeza de una gestión
que no parece tomarle el pulsoa las dependencias.
Primero, se descartó que los delegados sean elegidos por
la gente. "Es un sueño pensar eso", rectificó
el intendente Humberto Zúccaro meses atrás, cuando
los constantes cambios que le impría a las delegaciones
no gustaban a los vecinos. El análisis es sencillo. Si
gente del propio riñón de Zúccaro es tan
difícil de controlar y encorcetar en una misma causa, la
del Intendente claro, ¿qué pasaría con delegados
elegidos por la gente? ¿Cómo removerlos rápidamente,
ya sea por ineficacia, hechos de corrupción o simplemente
política? ¿Cómo impedir que "quieran
levantar vuelo propio"?
Desde el 10 de diciembre de 2003 a la actual gestión le
ha costado encontrar los hombres adecuados para colocar en puestos
clave y sensibles como las delegaciones.
Es así que las ciudades más importantes no han podido
sostener a un mismo delegado y las dependencias se han convertido
en las áreas en donde más cambios de nombre, aunque
no tanto de funcionamiento, ha impreso el gobierno. Fátima
ha visto 4 delegados, Villa Rosa, Derqui, Astolfi y Alberti tres,
Derqui y Zelaya dos, mientras que las delegaciones de Manzanares,
La Lonja, 1ro de Mayo y Lagomarsino han mantenido a sus titulares,
aunque sí hubo cambios en las segundas líneas. Y
no es casual que en apenas un puñado de delegaciones se
haya podido mantener a los mismos nombres. Se sabe, los delegados,
verdaderos alfiles de las gestiones de turno, son a la vez los
primeros fusibles en saltar. Y más en Pilar, donde la obra
pública que se ejecuta jamás alcanza para colmar
las necesidades de la gente.
A la par, los delegados a veces tienen que pelear con cuestiones
más ligadas a la política que a la verdadera función
para la que fueron designados.
Afuera
A principios de semana se supo que el delegado de Fátima,
Carlos Franco, fue desplazado del cargo, en medio de fuertes rumores
que indican que Franco fue removido por irregularidades detectadas
en el manejo de la delegación. Franco había reemplezado
a Ramón Ojeda, un hombre fuertemente resistido en la localidad.
Había arrancado Sebastián Gómez.
Fátima, quizá, sea el ejemplo más claro de
lo que ocurre también en en resto de las localidades.
La delegación de Astolfi, por ejemplo, fue una de las que
en un primer momento más quejas reunió por parte
de los vecinos. Arrancó Ángel Barría, más
tarde lo reemplazó Pedro Irigoyen,quien se desempeñaba
en el mismo cargo en Derqui, y luego arribó Mario Darget.
La delegación de Alberti está en manos de Víctor
Kastelic, desde mediados de 2004, hermano de José Kastelic,
subsecretario de Obras Públicas. En ese momento había
reemplazado a Carlos Noguera, quien tomó la posta en lugar
de David Guiñazú, desplazado tras haberse detectado
hechos de corrupción en la delegación.
Del Viso está Carlos Vaiti, quien estuviera al frente de
la Dirección de Coordinación de Delegaciones, previo
a que esa área pasara al control de la Subsecretaría
de Obras Públicas.
En esa localidad comenzó Juan Andino, quien más
tarde fuera reemplazado por Ricardo Barone.
En Villa Rosa el que al parecer iba a sortear las tormentas era
el delegado Amadeo Montauti. Sin embargo, pese a que algunos vecinos
destacaran su buena labor, fue reemplazado en medio de una fuerte
resistencia vecinal por Pedro Romañuk.
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